viernes, 15 de febrero de 2013

El dólar extiende avance sobre el yen tras dato de confianza del consumidor EEUU

NUEVA YORK/TOKIO.- El dólar extendía sus ganancias frente al yen japonés y frenaba su avance ante el euro el viernes tras la divulgación de datos que mostraron que la confianza del consumidor estadounidense mejoró en febrero, impulsada por señales de mayores contrataciones.

El yen subía en Asia contra el euro y el dólar mientras que el mercado se preparaba para la reunión del fin de semana del G-20 en Moscú.
El yen también estaba apuntalado por las expectativas de que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, esté cerca de elegir a Toshiro Muto como su candidato a gobernador del Banco de Japón. Se espera una decisión en los próximos días, según fuentes próximas al proceso que hablaron con Reuters.
Muto, que fue vicegobernador del BOJ del 2003 al 2008, se ha distanciado de la idea de algunos políticos de que el banco central debe comprar bonos extranjeros para mantener al yen controlado.
"Puede haber diferencias en la disposición a algunas medidas, como la compra de bonos extranjeros, pero todos los candidatos se ven como continuadores de la política monetaria laxa", expresó Ayako Sera, economista de mercado de Sumitomo Mitsui Trist Bank.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, en tanto, subieron a su máximo nivel de la sesión.


Sin embargo, las preocupaciones aumentaron respecto a un declive futuro de los ingresos personales, mostró un sondeo de Universidad de Michigan publicado el viernes,.


El dólar se fortalecía un 0,6 por ciento, a 93,38 yenes. La moneda estadounidense cotizaba a cerca de 93,34 yenes antes de la publicación del dato.


El euro, en tanto, se debilitaba un 0,1 por ciento, a 1,3352 dólares. La moneda única cotizaba a alrededor de 1,3348 dólares antes de la divulgación de la cifra.


Los bonos referenciales del Tesoro estadounidense a 10 años caían 6/32 en precio, para rendir un 2,03 por ciento, más que el 2,01 por ciento antes del dato de confianza del consumidor.
La confianza del consumidor estadounidense mejoró en febrero, impulsada por señales de mayores contrataciones, aunque las preocupaciones aumentaron respecto a un declive en los ingresos personales futuros, mostró un sondeo divulgado el viernes.
La lectura preliminar de Universidad de Michigan sobre el índice general de la confianza del consumidor subió a 76,3 desde 73,8 en la lectura final de enero, superando el pronóstico de los economistas de 74,8.


El indicador sobre las condiciones económicas actuales subió a 88 desde 85, mientras que el del expectativas del consumidor avanzó a 68,7 desde 66,6.
Sin embargo, La actividad manufacturera estadounidense tuvo un inicio débil este año debido a una caída en la producción de vehículos motorizados, pero un repunte del sector fabril en el estado de Nueva York este mes sugiere que el declive podría ser temporal.
Por su parte, otro dato conocido el viernes mostró que los consumidores fueron un poco más optimistas a comienzos de este mes pese a que pagaron más por la gasolina y sufrieron una mayor carga impositiva en sus salarios. Los hogares se beneficiaron con un incremento del empleo, lo que apuntaló el consumo.


Pero la producción manufacturera cayó un 0,4 por ciento en enero tras subir un 1,1 por ciento en diciembre, dijo el viernes la Reserva Federal de Estados Unidos. La lectura tuvo lugar tras dos meses de sólidas ganancias y reflejó mayormente una caída en la producción automotriz.


"Dado que la mayor parte de la debilidad se debió a una desaceleración en la producción de vehículos motorizados tras el alza del 11 por ciento en la actividad durante los últimos dos meses del año pasado, esperamos que este retroceso en la producción industrial sea temporal", comentó Millan Mulraine, economista de TD Securities en Nueva York.


En otro informe, la Fed de Nueva York dijo que su índice "Empire State" de condiciones generales de negocios subió a 10,0 desde -7,8 el mes anterior. La lectura de febrero mostró el primer crecimiento en el sector desde julio y el mejor desempeño desde mayo del 2012.


El repunte se debió a los nuevos pedidos, que registraron su mayor nivel desde mayo del 2011. Los economistas dijeron que la aceleración en la actividad probablemente refleja la recuperación tras la enorme tormenta Sandy, que golpeó la Costa Este de Estados Unidos a fines de octubre.


"El crecimiento en el trimestre actual podría verse impulsado por los esfuerzos de reconstrucción en la región", comentó Joseph LaVorgna, economista jefe para Estados Unidos en Deutsche Bank Securities en Nueva York.


"Los consumidores están superando el hecho de que sus salarios son un poco más chicos desde el inicio del año", dijo Thomas Simons, economista de Jefferies & Co. en Nueva York.


"Esto ofrece cierto aliento respecto a que el consumo se recuperará tras un débil mes en enero", agregó.


La expiración de un recorte del 2 por ciento a los impuestos laborales y el incremento en las tasas impositivas para los estadounidenses más ricos a partir del 1 de enero han sido esgrimidas como causas de una fuerte desaceleración de las ventas minoristas el mes pasado.


La mejoría en la confianza del consumidor es bienvenida dado el enfriamiento de la actividad manufacturera. La actividad fabril ayudó a la economía a recuperarse de la recesión del 2007-2009.


La debilidad de las manufacturas el mes pasado contribuyó a una baja de un 0,1 por ciento de la producción industrial en general, tras anotar un incremento del 0,4 por ciento en diciembre.


La producción en las minas del país cayó un 1,0 por ciento, pero el clima frio reforzó la producción de las compañías de servicios públicos un 3,5 por ciento, en un hecho positivo para el gasto de los consumidores en este trimestre.


Como resultado de la débil producción industrial, el uso de la capacidad instalada cayó a un 79,1 por ciento desde un 79,3 por ciento en diciembre.


La utilización de la capacidad instalada -una medida sobre qué tanto las empresas están usando sus recursos- estaba 1,1 puntos porcentuales por debajo de su promedio a largo plazo.


Funcionarios de la Fed tienden a ver los indicadores sobre utilización de capacidad instalada como una señal sobre cuánto "ocio" permanece en la economía y sobre cuánto crecimiento debe haber hasta que se vuelva inflacionario.

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