miércoles, 6 de febrero de 2013

Cameron, listo para una nueva batalla en Bruselas

BRUSELAS.- La cumbre nueva sobre el presupuesto que se abre el jueves en Bruselas será la oportunidad para David Cameron de encontrarse por primera vez con sus pares desde que anunció un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea y la recepción corre el riesgo de ser dispar. 

El primer ministro británico será uno de los dirigentes que exigirán recortes en el presupuesto plurianual 2014-2020. Una demanda que ya suscitó fuertes divisiones entre los 27 en una primera cumbre celebrada en noviembre.
Pero Cameron llega a la mesa de negociaciones en una posición incómoda, 15 días después de haber anunciado que pretendía negociar las relaciones de su país con Bruselas para repatriar ciertas competencias y someter el nuevo acuerdo a votación popular antes de finales de 2017. Una apuesta arriesgada en un país en el que la opinión pública se interroga sobre el interés de pertenecer a la UE y que irrita a algunos mandatarios europeos.
Queda por saber si para tranquilizar a sus socios, Cameron estará dispuesto a moderar sus pretensiones presupuestarias.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, llega con una propuesta de compromiso, un presupuesto de 973.000 millones de euros, alrededor de 80.000 millones menos que el proyecto inicial de la Comisión Europea.
El secretario de Estado británico para Europa, David Lidington, declaró esta semana que Londres no aceptaría un acuerdo presupuestario "a cualquier precio", señalando que había "mentes abiertas" a las demandas británicas sobre modificaciones en los tratados europeos.
Apostando por el referéndum, Cameron consiguió subir en los sondeos a su favor y calmar a la creciente ala antieuropea de su Partido Conservador.
Pero necesita el respaldo de otros Estados miembros para renegociar las relaciones de su país con Bruselas y querrá seguramente ganárselo.
Entre los 27, muchos no ocultan su hartazgo ante el trato especial exigido por los británicos, sobre todo cuando ya se contempla abiertamente la posibilidad de una salida del Reino Unido de la UE.
Cameron tiene la sensación de haber construido una "alianza sólida" con algunos países contribuyentes netos al presupuesto europeo, como Holanda y Suecia, y "espera un resultado más positivo" en las negociaciones del jueves y el viernes, según una fuente próxima a Downing Street.
La canciller alemana, Angela Merkel, parece ver también con buenos ojos los recortes presupuestarios que exige Londres, según la misma fuente.
Desde su gran discurso sobre Europa, Cameron se ha encontrado con algunos dirigentes europeos, incluida Merkel, en el marco más distendido del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) a finales de enero.
Su homólogo irlandés, Enda Kenny, cuyo país asegura la presidencia de turno de la UE, pareció conciliador, asegurando que el bloque de los 27 sería "más fuerte si el Reino Unido formara parte" de él.
Pero sus socios no olvidan que en diciembre de 2011, Cameron desempeñó un papel de aguafiestas negándose a adherirse al pacto presupuestario adoptado en el peor momento de la crisis de la deuda en la eurozona.
Las tribulaciones británicas en la UE son seguidas también muy de cerca por Estados Unidos, que mira con preocupación las veleidades de emancipación de su aliado tradicional. El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, reafirmó antes de reunirse el martes con Cameron su deseo de que Londres siga jugando un papel importante dentro de la UE. "Creemos que el Reino Unido es más fuerte por su pertenencia" a la UE. "Y pensamos que la UE es más fuerte con el Reino Unido", aseguró en una entrevista con la prensa británica.

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