jueves, 28 de febrero de 2013

El PIB español cayó un 1,4% en 2012, lastrado por el consumo y la inversión

MADRID.- La economía española acentuó su contracción durante el cuarto trimestre de 2012, al registrar un descenso del 0,8% en tasa intertrimestral y una caída del 1,9% en tasa interanual, tras acelerarse la caída del consumo y la inversión, según los datos de Contabilidad Nacional Trimestral publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

   El organismo estadístico ha empeorado en una décima las cifras que difundió el pasado 30 de enero, cuando avanzó que la caída del PIB en el cuarto trimestre había sido del 0,7% y que en tasa interanual había registrado una contracción del 1,8%.  
   En el conjunto del año 2012, el PIB español se contrajo un 1,4%, cifra que mejora levemente la previsión oficial del Gobierno (-1,5%), si bien el propio Ejecutivo ya había adelantado que la caída final mejoraría en un o dos décimas esta previsión.
   Los datos publicados este jueves por el INE son peores que las estimaciones realizadas por el Banco de España, que había previsto un descenso del 0,6% en el cuarto trimestre, una caída interanual del 1,7%, y un retroceso del 1,3% en 2012.
   La contracción trimestral del 0,8% experimentada entre octubre y diciembre de 2012 empeora en cinco décimas el dato del tercer trimestre, cuando el PIB bajó un 0,3%. Con la cifra del cuarto trimestre, la economía española acumula seis trimestres de crecimiento negativo, mientras que, en tasa interanual, el PIB suma cinco trimestres de retrocesos. Por su parte, la caída interanual del PIB en el cuarto trimestre es tres décimas más acusada que la registrada en el tercer trimestre de 2012, cuando la economía retrocedió un 1,6%.
   Así, el PIB a precios corrientes para el conjunto del año 2012 se situó en 1.051.204 millones de euros, lo que supone una caída del 1,14% respecto al año anterior.
   El INE ha explicado que esta aceleración en el retroceso del PIB es consecuencia de una aportación siete décimas más negativa de la demanda nacional, hasta -4,7 puntos, que se vio compensada sólo en parte por una contribución cuatro décimas más positiva del sector exterior (de 2,4 a 2,8 puntos), como consecuencia de la mayor desaceleración experimentada por las importaciones de bienes y servicios en relación a las exportaciones.
   Todos los componentes de la demanda nacional registran variaciones negativas y, en la mayoría de los casos, de mayor magnitud que en el trimestre precedente. Así, el gasto en consumo final de los hogares experimenta un descenso anual del 3%, frente al 2,1% en el tercer trimestre, como consecuencia de un empeoramiento en todos los grupos de consumo, siendo más acentuado en el caso de bienes duraderos y de servicios.
   El organismo estadístico señala que uno de los factores que ha influido en este comportamiento es el descenso del nivel de ingresos de las familias por la vía de los salarios. En concreto, la remuneración de los asalariados registró un descenso del 8,5%, tres punto más que un trimestre antes. Además, indica que el adelanto que se produjo en algunas compras por parte de los hogares debido al incremento del IVA a partir de septiembre ha contribuido también a la caída de los ingresos de los hogares.
   Por el lado de las administraciones públicas, el gasto en consumo final estabiliza su descenso en el 4,1%, como consecuencia de la evolución tanto de los consumos intermedios como de la remuneración de los asalariados.
   Por su parte, la formación bruta de capital fijo aumentó su caída en más de medio punto en el cuarto trimestre, hasta registrar un descenso del 10,3%, mientras que la demanda de activos de bienes de equipo  cayó un 7,9%, casi un punto más, en consonancia con el perfil de los indicadores de producción industrial, cifra de negocios e importaciones de este tipo de bienes.
   El sector de la construcción registró tasas de variación similares a las registradas en el trimestre precedente, con un descenso del 12,3%, una décima menos. Tanto las viviendas como las infraestructuras y otras construcciones presentaron una pauta similar de caída respecto al tercer trimestre, con descensos del 8,7% y del 15,7%, respectivamente.
   En cuanto a la demanda exterior, que contribuyó con 2,8 puntos al crecimiento del PIB, cabe destacar el incremento del 3,2% de las exportaciones, un punto menos que en el trimestre precedente, debido a la desaceleración económica en la mayor parte de los países de la UE, a donde se dirigen mayoritariamente las ventas españolas. Las importaciones también se desaceleran, pasando de una caída del 3,4% en el tercer trimestre al 5,4% en el cuarto, en consonancia con el menor nivel de actividad.
   Por el lado de la oferta, la mayor parte de las ramas de actividad presentan un comportamiento más negativo que el registrado en el trimestre precedente. Así, el valor añadido bruto de las ramas industriales presenta una caída ligeramente inferior con respecto al estimado para el trimestre anterior (-2,4% frente al -2,9%). En el caso de la industria manufacturera se observa un decrecimiento superior (del -3,4% al -3,6%), en línea con la evolución negativa de la demanda nacional.
   Por su parte, el valor añadido bruto de la construcción presenta caídas de orden similar a los registrados en el trimestre anterior, con un descenso del 8,5%, mientras que las ramas de los servicios duplican su decrecimiento, hasta el 1,2%. Por último, las ramas primarias crecen un 1,9%, cinco décimas menos, de acuerdo con la mejora de las actividades agrícolas y ganaderas.
   El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, también acelera su caída una décima, hasta registrar un descenso del 4,7%, lo que supone la pérdida neta de aproximadamente 805.000 empleos. En términos agregados, las ramas que presentan un peor comportamiento son las industriales y la construcción, con descensos del 5,5% y del 16,5%, respectivamente.
   El número de horas trabajadas por las personas ocupadas en la economía pasa del -4,2% al -3,9% en este trimestre, debido al mayor crecimiento de la jornada media a tiempo completo, que pasa del 0,5% al 0,9%. Por su parte, la productividad aparente del trabajo desciende dos décimas, desde el 3,1% al 2,9%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada baja siete décimas, del 2,7% al 2%.
   El PIB valorado a precios corrientes acelera su caída siete décimas, hasta el -1,8% en el cuarto trimestre de 2012. Como consecuencia, el deflactor implícito de la economía se situó en el 0,1%, cinco décimas menos que en el trimestre anterior.
   Por último, el excedente de explotación bruto y la renta mixta bruta disminuyeron su crecimiento en más de un punto, desde el 2,5% al 1,4%, mientras que los impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones aumentaron su crecimiento hasta el 20%, como consecuencia fundamentalmente de la subida de los tipos de IVA, que entró en vigor el 1 de septiembre.

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