miércoles, 27 de febrero de 2013

Draghi defiende que las medidas del BCE no buscan ayudar a bancos o gobiernos

MUNICH.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha asegurado que la institución ha actuado y actuará para cumplir con su mandato y mejorar el flujo de crédito, y no para ayudar a bancos o gobiernos, y ha incidido en su compromiso de preservar la integridad del euro "por el interés de todos los ciudadanos de la eurozona". 

   "No actuamos para ayudar a los bancos. No actuamos para ayudar a los gobiernos. Actuamos para mantener el flujo de crédito a las empresas y los hogares reales. Actuamos para preservar la estabilidad de precios", aseguró Draghi en una conferencia en la Academia Católica de Bayern.
   A este respecto, recordó que en Alemania se preguntan habitualmente si el BCE está haciendo "demasiado", mientras que en otras economías de la eurozona le preguntan por qué la institución monetaria "no hace más".
  "Acabo de regresar del Parlamento español en Madrid, y las preocupaciones expresadas son muy diferentes de las que oigo en Alemania. La gente está preocupada porque una economía estancada lleve a la grave situación de una 'generación perdida', en la que la gente joven no tenga trabajo, en incluso peor, no tenga esperanza", explicó.
   El presidente del BCE subrayó que su respuesta, tanto para los que quieren que haga menos como para los quieren que haga más, es la misma: "Preservaremos la estabilidad de precios. Ese es nuestro mandato".
   Por otro lado, Draghi insistió en que hay limites que la política monetario no puede ni debe superar, como por ejemplo "reparar presupuestos irracionales, sanear bancos en problemas o resolver los problemas de raíz" en la estructura de las economías europeas.
   En este sentido, reconoció los numerosos progresos realizados por los países en los últimos años para solucionar los desequilibrios acumulados en los últimos años y calificó de "extraordinarios" los avances a la hora de implementar reformas económicas y reducir el déficit.
   Pese a que estos esfuerzos han eliminado en gran medida los causantes de la crisis de deuda soberana, Draghi reconoce que el préstamos bancario sigue todavía "muy fragmentado" en la eurozona y es todavía difícil obtener crédito en algunos países. "Los beneficios de las dolorosas medidas adoptadas hasta la fecha aún no se han materializado", agregó.
   A este respecto, añade que es un error afirmar que los países sólo adoptan reformas para "contentar a los mercados o satisfacer a las demandas de los tecnócratas de Bruselas, Fráncfort o Washington". "Lo están haciendo por su propio beneficio. Y es el momento de enfatizar este mensaje", recalcó.
   Asimismo, admitió que es consciente de los graves costes sociales que tienen estas medidas y que el desempleo es "una tragedia", ya que desperdicia la "vitalidad de los trabajadores, evita que la gente desempeñe un papel completo y significativo en la sociedad e induce un sentimiento de desesperación".
   Por ello, cree que los Gobiernos deben abordar los problemas estructurales de sus economías e impulsar su potencial de crecimiento, de crear empleo y, al mismo tiempo, de hacer una sociedad más justa. "En un país de la eurozona, más del 50% de los jóvenes no pueden actualmente encontrar un empleo. ¿Es justo que, como consecuencia, esta generación tenga que asumir el grueso de la carga de la crisis?", se pregunta Draghi.

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