domingo, 17 de febrero de 2013

Los ministros de Finanzas del G-20 se comprometen a impedir una guerra de divisas


MOSCÚ.- Los ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales del G-20 aprobaron anoche una declaración en la que se comprometen a no entrar en una guerra de divisas para favorecer la economía propia mediante medidas como la devaluación de sus respectivas monedas.

   "Nos abstendremos de una devaluación competitiva. No fijaremos nuestros tipos de cambio por motivos competitivos, nos resistiremos a toda forma de proteccionismo y mantendremos abiertos nuestros mercados", señala el comunicado final tras dos días de reunión en Moscú.
   El texto destaca también un compromiso "para cooperar para lograr una reducción duradera de los desequilibrios mundiales" y "avanzar más rápidamente hacia un sistema cambiario más influido por el mercado y con mayor flexibilidad de cambio".
   "Reiteramos que la excesiva volatilidad de los flujos financieros y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen consecuencias adversas para la estabilidad económica y financiera", prosigue.
   El documento menciona expresamente las iniciativas de la UE, Estados Unidos y Japón para reducir los riesgos para la economía global. "Gracias a las importantes medidas adoptadas en Europa, Estados Unidos, Japón y a la resistencia de la economía china han remitido los riesgos para la economía global y las condiciones de los mercados financieros han mejorado", indica. "Sin embargo, reconocemos que los riesgos importantes permanecen y el crecimiento global es aún demasiado débil, con un paro que continúa siendo inaceptablemente alto en muchos países", sigue.
   "En estas circunstancias es necesario un esfuerzo continuado para seguir construyendo una unión económica y monetaria más fuerte en la eurozona y resolver las incertidumbres relacionadas con la situación fiscal en Estados Unidos y Japón, así como impulsar las fuentes domésticas de crecimiento en las economías con superávit, teniendo en cuenta las circunstancias especiales de los grandes productores de materias primas", explica.
   Por último, incluye un compromiso "para construir un sistema financiero más resistente" y "desarrollar una estrategia fiscal creíble a medio plazo" antes de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno del G-20 prevista para los días 5 y 6 de septiembre en San Petersburgo.

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