NUEVA YORK.- Wall Street volvió a sufrir hoy pérdidas generalizadas
después de que unos datos macroeconómicos peores de lo previsto a ambos
lados del Atlántico aumentasen las preocupaciones de los inversores,
que ya acusaron la víspera el posible fin de los estímulos monetarios en
EEUU.
El Dow Jones de Industriales, el índice de referencia del parqué
neoyorquino, se dejó este jueves el 0,34 % ó 46,92 puntos para terminar
en las 13.880,62 unidades, con lo que en los últimos dos días ha
acumulado un descenso del 1,1 %, el más pronunciado en dos jornadas de
todo el año.
El selectivo S&P 500 perdió por su parte el 0,63 %, aunque logró
aferrarse a la simbólica barrera de las 1.500 unidades al terminar en
1.502,42.
Mientras tanto el índice compuesto del mercado Nasdaq volvió a
llevarse la peor parte al bajar el 1,04 % debido a la caída del 1,26 %
que sufrió esta sesión el sector tecnológico.
Wall Street retomó así los números rojos del miércoles, cuando tanto
el S&P 500 como el Nasdaq vivieron su peor día de 2013 y el Dow
Jones perdió los 14.000 puntos después de que las actas de la última
reunión de la Reserva Federal de EEUU mostrasen una creciente
preocupación por los riesgos que puedan traer los estímulos.
El miedo a que la Fed corte el grifo se expandió como la pólvora e
hizo de las suyas en las bolsas asiáticas, donde destacaron los
descensos de Tokio (-1,39 %), Shangai (-2,97 %) y Hong Kong (-1,72 %),
así como en las bolsas europeas, que además tuvieron sus propias
preocupaciones nacionales.
Y es que el índice de gestores de compras del sector manufacturero de
la zona del euro cayó en febrero, lo que apunta hacia una mayor
contracción de la economía del Viejo Continente. Los parqués europeos
reaccionaron con fuertes recortes: París se dejó el 2,29 %, Fráncfort el
1,88 %, Madrid el 1,82 %, y Londres el 1,62 %.
A este lado del Atlántico también se conocía un dato macroeconómico
peor de lo previsto como fue el aumento en 20.000 de las solicitudes de
subsidio por desempleo en EEUU la semana pasada, mayor al previsto por
los analistas y que indica una recuperación menos sólida del mercado
laboral del país.
El dato centró la mirada de los inversores, que obviaron otras
noticias más alentadoras sobre la evolución económica de EEUU, como el
aumento en enero del índice de tendencia futura que elabora The
Conference Board o la subida del 0,4 % de las ventas de casas usadas ese
mismo mes.
Por otro lado, los inversores analizaban los datos sobre el índice de
precios al consumo (IPC) estadounidense, que permaneció sin cambios el
pasado mes, aunque si se excluyen los precios de los alimentos y la
energía, subió el 0,3 %, su mayor incremento desde mayo de 2011.
La unión de esos factores evitó que Wall Street pudiera celebrar los
resultados del gigante minorista Walmart, que anunció antes de la
apertura que obtuvo un beneficio neto de 16.999 millones de dólares en
su año fiscal 2013, el 8,3 % más que en el ejercicio anterior.
En todo caso, la empresa reconoció que sus ventas de febrero
empezaron "más lentas de lo previsto", tal y como se había filtrado a la
prensa la pasada semana, y ofreció unos pronósticos de beneficio para
el actual ejercicio que no alcanzaron los pronósticos de los expertos.
La empresa se colocó entre los primeros puestos del lado positivo del
Dow Jones con una subida del 1,52 %, superada solamente por la
aeronáutica Boeing (1,64 %) -que mañana presentará sus propuestas para
arreglar las baterías del Dreamliner 787-, y Hewlett-Packard (2,4 %),
que anunció sus resultados tras el cierre de la sesión.
La tecnológica incrementaba sus ganancias hasta el 4,6 % en las
operaciones electrónicas después de desvelar que ganó 1.232 millones de
dólares en el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2013, un 16 %
menos que un año antes, pero por encima de lo que esperaban los
analistas.
Por otra parte, sorprendió Berry Petroleum, que se disparó el 19,25 %
después de que se conociera que el productor de gas y petróleo Linn
Energy comprará a esa empresa energética por 2.500 millones de dólares
en acciones, aunque el acuerdo alcanza los 4.300 millones si se incluye
la deuda.
El acuerdo es uno más dentro de la reciente reactivación de los
grandes acuerdos empresariales en EEUU, que en lo que va de año ha
traído la fusión entre Office Max y Office Depot, la combinación de
American Airlines y Us Airways, y la compra de Heinz por parte de
Berkshire Hathaway y 3G Capital.
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