LONDRES.- El Banco de Inglaterra medita rebajar el tipo
de cambio de la libra esterlina para armonizar la economía de Reino
Unido, según ha desvelado el miembro del Comité de Política Monetaria
del banco central Martin Weale. Esto supondría secundar las medidas
adoptadas por Japón y que amenazan con desatar una 'guerra de divisas'.
Tras dos años de estancamiento político y una exigua mejora de las
exportaciones, para Weale, "quizá la forma más natural de resolver este
problema es que el tipo de cambio caiga", según el texto de un discurso
que ofrecerá este sábado en la Universidad de Warwick.
Aun así el Banco de Inglaterra ha abogado de forma tradicional por
esta política, puesto que la libra esterlina se depreció un 25 por
ciento entre 2007 y 2008, según admite Weale, y ha caído un cinco por
ciento desde el comienzo del año, lo que podría revertir en una
inflación del uno por ciento para los próximos tres años.
No obstante, estas declaraciones se producen en un momento
delicado, cuando en Moscú (Rusia) se celebra la cumbre de ministros de
Finanzas del Grupo de las 20 economías más importantes del mundo (G-20) y
cuyo principal objetivo será abordar una posible 'guerra de divisas'.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, ya defendió
esta semana políticas de estímulo económico mediante la depreciación del
tipo de cambio de la libra esterlina, en vistas a la lenta recuperación.
Sin embargo, Weale no confirma a lo largo de su discurso que el Banco
de Inglaterra vaya a aplicar estas políticas.
"Ciertamente veo que habría un fuerte caso para el tratamiento de
los efectos de cualquier depreciación similar a la experimentada en las
últimas semanas en esta misma manera", justifica Weale, que matiza que
"esto es bastante distinto a decir que estaría preocupado por los
efectos de una depreciación aguda en las previsiones de la inflación".
En este sentido, el Banco de Inglaterra ha revisado esta semana
sus previsiones y no vaticina una caída de los precios por debajo del
dos por ciento, su objetivo, hasta comienzos de 2016, lo que supone un
aumento de 18 meses con respecto a la última estimación.
Como alternativa al impulso de las exportaciones para reducir el
déficit, Weale entrevé una fuerte aunque inusual caída de los
rendimientos financieros de las inversiones o un inusitado crecimiento
de la productividad de la economía británica.
Pero ante lo imprevisible de estos hechos, el economista del Banco
de Inglaterra incide en que una mayor certidumbre en los mercados y,
por ende, una mayor estabilidad financiera podría hacer resurgir el
apetito inversor de las compañías británicas para apostar por las
economías emergentes.
La sombra de la 'guerra de divisas' ha reaparecido después de que
el yen japonés fuera devaluado un 25 por ciento y un 17 por ciento desde
noviembre con respecto al euro y al dólar a fin de impulsar las
exportaciones.
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