TOKIO.- El ex burócrata financiero Toshiro
Muto es el principal candidato a convertirse en el próximo
gobernador del banco central de Japón, lo que sugiere que las
esperanzas del primer ministro Shinzo Abe de tener en el cargo a
un político más radical se están desvaneciendo.
La elección de Muto, de 69 años, sugeriría que el Banco de
Japón intensificará los esfuerzos para reactivar la economía
japonesa, pero también insinúa que se abstendrá de realizar una
serie de medidas más radicales que otros candidato habían
defendido.
"La elección de Muto parece estar ganando impulso", dijo
una de las fuentes familiarizadas con el proceso de selección.
Abe y sus asesores han reducido el número de candidatos
finales a dos o tres, y han excluido del proceso a académicos y
economistas del sector privado en favor de personas con
experiencia burocrática, dijeron varias personas cercanas a la
elección.
Abe elegirá un candidato esta semana, dijeron hoy
fuentes cercanas al proceso. El primer ministro dijo que hará un
anuncio "pronto" sobre un nominado, que tendría que ser
confirmado por ambas cámaras del Parlamento.
Abe llevó a su partido de vuelta al poder en diciembre con
la promesa de un mayor estímulo monetario y agresivas políticas
fiscales para levantar una economía afectada durante años por la
deflación. El primer ministro reiteró el lunes que quería que el
nuevo gobernador del BOJ busque un audaz alivio monetario.
"Me gustaría que el nuevo gobernador del BOJ sea alguien que
tenga la firme determinación y capacidad para sacar a Japón de
la deflación", dijo al Parlamento, sugiriendo que es posible la
modificación de una ley que garantiza la independencia del banco
central si las autoridades no actúan con suficiente agresividad.
Abe dijo que la compra de bonos extranjeros, considerada una
medida extrema por muchos funcionarios, puede ser una opción
política para el Banco de Japón.
"Me gustaría reflejar la determinación del Gobierno (de
vencer a la deflación) a través de la nominación, la que
probablemente ocurra pronto", dijo Abe.
Su búsqueda de una política monetaria más flexible llevó en
enero al BOJ a realizar su acción más audaz hasta la fecha,
duplicando su meta de inflación de un 2 por ciento y acordando
un "final abierto" a su programa de compra de activos a partir
del 2014.
Sin embargo, algunos políticos y funcionarios del Gobierno
temen que las medidas radicales puedan desestabilizar los
mercados financieros y aumentar la carga de deuda de Japón, que
ya es la más alta entre los países industrializados.
Una fuerte caída del yen desde que Abe comenzó a impulsar
las audaces medidas del BOJ ya ha suscitado preocupaciones a
nivel mundial, aunque el G-20 evitó criticar directamente a
Tokio en una reunión realizada la semana pasada.
Standard & Poors ha destacado lo que está en juego si fallan
las políticas de Abe. La agencia calificadora reafirmó la
calificación AA del país con perspectiva negativa, lo que
significa que hay una de cada tres posibilidades de rebajarle la
nota a la tercera economía del mundo en el próximo año fiscal.
Tomará tiempo determinar si las políticas de Abe van a
funcionar, dijo S&P.
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