sábado, 9 de febrero de 2013

Una gran tormenta de nieve deja sin electricidad a 650.000 usuarios en la costa este de EE UU

WASHINGTON.- La gran tormenta que afecta a la zona noreste de Estados Unidos hoy provocó cortes eléctricos en 650.000 hogares la pasada noche y dejó a su paso más de 60 centímetros de nieve en algunos estados.

Cerca de 650.000 usuarios quedaron sin energía eléctrica en nueve estados de la zona noroeste del país la pasada noche, según el recuento de los medios locales, durante la tormenta de nieve que ha dejado una densa capa de nieve en toda la región.

Uno de los estados más afectados es Massachusetts donde los vientos superaron los 90 kilómetros por hora y más de 300.000 hogares padecieron apagones aunque los servicios de emergencia han trabajado durante toda la noche para recuperarla.

En Rhode Island más de 180.000 usuarios perdieron también la energía eléctrica.

Las autoridades han declarado el estado de emergencia en Nueva York, Connecticut, Rhode Island, Nuevo Hampshire, la costa de Maine y Massachusetts, donde además se ha emitido una prohibición de circular por carretera en todo el estado.

La tormenta es la confluencia de dos frentes de bajas presiones comenzó el viernes por la mañana en partes de Nueva York y se extendió a los estados vecinos de Rhode Island, Massachusetts y Maine.

Según el Servicio Nacional de Meteorología ha dejado más de 60 centímetros de nieve en algunas localidades de New England y Long Island y ha pronosticado vientos huracanados de unos 110 km/h desde Nueva Jersey hasta Maine.

La planta nuclear de Plymouth (Massachusetts) también sufrió un apagón en uno de sus reactores pero continuó funcionando con los generadores de seguridad, sin que supusiera ningún peligro para el público, según indicó su portavoz Ed Bradley, y la Comisión Regulatoria de Energía Nuclear está supervisando el funcionamiento de la planta.

Durante la noche hubo temperaturas de -6 grados centígrados y se espera que durante el sábado continúe la tendencia negativa del mercurio.

Según la web FlightAware, se han cancelado 1.896 vuelos y otros 324 han sufrido retrasos, la mayoría en los del área metropolitana de Nueva York y Boston (Massachusetts).
Los aeropuertos más afectados eran los del área de Nueva York, Boston y Toronto.

En Boston podrían llegar a caer hasta 76 cm de nieve, y en Nueva York se esperan unos 30 cm en algunas zonas.
Los vientos alcanzaron entre 56 y 64 km por hora el viernes por la tarde.

El de Massachusetts, Deval Patrick, dio una orden poco habitual, prohibiendo los desplazamientos en coche, mientras que el de Connecticut, Dannel Malloy, cerró las autopistas salvo al tráfico de vehículos de emergencia.
El viernes por la noche también se habían suspendido los servicios de trenes de cercanías entre la ciudad de Nueva York y varias localidades cercanas, así como con ciudades como Boston.
Las autoridades ordenaron que los funcionarios en puestos no esenciales se quedaran en casa, animó a los trabajadores del sector privado a hacer lo mismo, recomendó a los ciudadanos prepararse para cortes de luz y les pidió que se preocupen por sus vecinos mayores o discapacitados.
"La gente se tiene que tomar esta tormenta en serio", dijo Malloy, gobernador de Connecticut. "Por favor, quédense en casa cuando el tiempo sea muy malo salvo en caso de auténtica emergencia.
La tormenta también planteó el peligro de una crecida de la marea en zonas que aún se están recuperando del paso de la tormenta Sandy en octubre del año pasado.
"Muchas de las mismas comunidades inundadas por la subida de la supertormenta Sandy hace solo 100 días, probablemente verán inundaciones costeras moderadas", dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
En Nueva York funcionarios dijeron que habían equipado a 1.800 camiones del Departamento de Salud con palas de nieve, preparados para ser desplegados.
En el estado de Nueva Jersey funcionarios preveían importantes inundaciones costeras, fuertes vientos, y posibles condiciones de nieve muy fuertes en la región noreste del estado.
La vida no era más sencilla para los que querían viajar. Más de 3.000 vuelos fueron cancelados el viernes y cerca de 1.000 fueron suspendidos para el sábado.
Con lo peor del frente climático aún por llegar, los gobernadores de Massachusetts, Rhode Island y Connecticut declararon estado de emergencia y emitieron prohibiciones sobre el tráfico en la tarde del viernes.
"El nivel de la ventisca y la visibilidad reducida durante la hora de mayor tráfico en la noche hará que los viajes seguros sean casi imposibles", dijo a periodistas el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick.
Desde Nueva York hasta Maine, la tormenta empezó con suavidad con una ligera capa de nieve, pero las autoridades instaron a los vecinos a ir a casa, sin correr el riesgo de quedarse atascados cuando la ventisca arrecie el viernes por la noche.
Aún en sus primeros momentos, la tormenta creó algo de pánico. Los conductores hacían cola en las gasolineras para llenar el depósito, las tiendas de comida se veían arrasadas mientras los clientes acaparaban leche y pan, y los viajeros se enfrentaban a retrasos y cancelaciones de vuelos.

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