miércoles, 20 de marzo de 2013

Chipre busca rescate ruso, mientras la Unión Europea amenaza con quitar ayuda

NICOSIA/MOSCÚ.- Chipre ordenó a sus bancos permanecer cerrados hasta la semana que viene mientras el Gobierno trataba el miércoles de evitar un colapso financiero recurriendo a Rusia, después de que el Parlamento chipriota rechazara los términos de un rescate de la Unión Europea.
 
"No tenemos días o semanas, sólo tenemos horas para salvar a nuestro país", dijo Averos Neophytou, número dos del gobernante Democratic Rally, mientras las conversaciones de crisis en Nicosia se adentraban en la noche. Los bancos van a permanecer cerrados el resto de la semana y no reabrirán hasta el martes, tras un lunes festivo.
Con el ministro de Finanzas chipriota, Michael Sarris, en Moscú, el Ministerio de Finanzas ruso dijo que Nicosia había solicitado 5.000 millones de euros (6.500 millones de dólares) adicionales, además de una extensión de cinco años y de menores intereses sobre un préstamo ya existente de 2.500 millones de euros.
Rusia tiene un especial interés en el pequeño país, ya que muchos de sus ciudadanos tienen ahorros en Chipre.
En una votación el martes, el Parlamento de la isla rechazó una propuesta para imponer un impuesto sobre los depósitos bancarios a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros de la UE.
El rechazo que ha causado conmoción tras las estrictas medidas de austeridad aceptadas en los últimos tres años por países afectados por la crisis: Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia.
Ante la perspectiva de una retirada masiva de fondos de los bancos, un funcionario de gobierno dijo que éstos permanecerían cerrados el jueves y viernes, por lo que el próximo martes, 26 de marzo, será el próximo día laborable normal. Grecia dijo que las sucursales griegas de bancos chipriotas también permanecerían cerradas.
Los negocios en Chipre ya estaban sintiendo las consecuencias, ya que la gente sólo podía retirar cantidades limitadas de los cajeros. El sector bancario de la isla se ha visto afectado por su exposición a la vecina Grecia, donde comenzó la crisis de deuda de Europa.
El negociador del Banco Central Europeo sobre Chipre, Joerg Asmussen, dijo que el BCE tendrá que retirar su ayuda a los bancos chipriotas a menos que el país tome el rescate rápidamente.
"Podemos entregar liquidez de emergencia sólo a bancos solventes y (...) la solvencia de los bancos chipriotas no puede ser asumida si no se acuerda un programa de ayuda pronto, que permitiría una rápida recapitalización del sector bancario", declaró Asmussen al semanario alemán Die Zeit en una entrevista realizada el martes por la noche.
Los chipriotas rechazaron las exigencias de la Unión Europea de establecer un impuesto sobre los depósitos bancarios para recaudar 5.800 millones de euros, una medida sin precedentes cuyos opositores afirman que habría violado el principio detrás de una garantía sobre los depósitos de hasta 100.000 euros en vigor en toda la UE.
El ministro de Energía chipriota, George Lakkotrypis, también estaba en Moscú, oficialmente para una exposición de turismo, pero su presencia alimentó la especulación de que podría estar sobre la mesa el acceso a reservas de gas no exploradas como parte de un acuerdo por ayuda rusa.
"Tuvimos una discusión muy honesta, hemos remarcado lo difícil que es la situación", declaró Sarris a periodistas tras reunirse con su homólogo ruso Anton Siluanov en Moscú.
"Ahora continuaremos con nuestra discusión para encontrar la solución por la que esperamos que obtendremos algún apoyo. No hubo ofertas, nada concreto", añadió.
Moscú tiene sus propios intereses en asegurar la supervivencia de los bancos en Chipre, un refugio seguro para miles de millones de euros de empresas y ciudadanos rusos -un factor que influyó en la resistencia de Alemania y otros países del norte de Europa a rescatar a Chipre sin la contribución de los depositantes.
Crecían las especulaciones sobre la forma que tomaría la ayuda rusa. El portavoz del Gobierno chipriota, Christos Stylianides, negó un informe de medios griegos respecto a que Chipre había alcanzado un acuerdo para que inversores rusos compren el segundo mayor banco chipriota, Cyprus Popular, que fue tomado por el Estado el año pasado.
El impuesto propuesto se habría llevado casi un 10 por ciento de las cuentas de más de 100.000 euros. Las cuentas más pequeñas se habrían visto afectadas, aunque el Gobierno propuso suavizar el golpe eximiendo a los ahorradores con menos de 20.000 euros.
La canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país es el principal pagador de Europa, dijo que el Gobierno chipriota tenía que encontrar una propuesta alternativa, pero que era justo esperar que aquellos con más de 100.000 euros en las cuentas -el límite garantizado- contribuyan al rescate.
La UE tiene antecedentes de presionar a países pequeños para que voten de nuevo hasta lograr el resultado deseado.
Nicosia estaba inquietantemente tranquila el miércoles, y había indicios de que el cierre de las entidades bancarias ralentizaba el comercio.
"Las cosas no irán tan mal mientras la gente pueda sacar dinero de los cajeros, pero si se acaba habrá un enorme problema", dijo Titos Pitsillides, de 50 años. Varias gasolineras se negaban a aceptar tarjetas de crédito, insistiendo en los pagos en efectivo.
El portavoz del Gobierno Christos Stylianides dijo que se estaba trabajando en un plan B.
El presidente Nicos Anastasiades, que apenas lleva un mes en el cargo, se reunió con líderes de su partido, su gobierno, y funcionarios de la "troika" de prestamistas de la UE, BCE y Fondo Monetario Internacional.

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