martes, 19 de marzo de 2013

La Eurocámara y la UE cierran el pacto para que el BCE supervise a la banca

BRUSELAS.-   La presidencia irlandesa de la UE y los negociadores de la Eurocámara han cerrado el acuerdo final para encomendar al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de las entidades de la eurozona, primer paso hacia la creación de una unión bancaria que rompa el "circulo vicioso" entre bancos y Estados.

   El BCE sólo controlará directamente a las entidades con activos superiores a 30.000 millones de euros (alrededor de 150 de las 6.000 de la eurozona) -mientras que los más pequeños seguirán bajo la responsabilidad de las autoridades nacionales- y no asumirá plenamente sus nuevas funciones hasta marzo de 2014, tal y como quería Alemania.
   La creación de un supervisor único es la condición previa impuesta por Berlín para la recapitalización directa de las entidades en crisis a cargo del fondo de rescate (MEDE), sin pasar por el Estado afectado. El Eurogrupo se ha comprometido a pactar antes de junio cómo se hará la recapitalización directa.
   "Se trata de una primera etapa fundamental hacia una auténtica unión bancaria que debe restaurar la confianza en los bancos de la eurozona y garantizar la solidez y la fiabilidad del sector bancario", ha dicho el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier.
   "El supervisor único es el elemento central de la unión bancaria y un paso vital para romper el círculo vicioso entre bancos y Estados", ha resaltado el ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan.
   Por su parte, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha admitido que se trata de un "paso adelante". "Sin embargo, los problemas profundamente dolorosos a los que se enfrenta Chipre demuestran que es insuficiente", ha avisado. A su juicio, es necesario crear cuanto antes un mecanismo único para liquidar los bancos con problemas y un sistema común de garantía de depósitos.
   En la recta final de las negociaciones, la Eurocámara ha logrado como concesiones más poder para controlar el trabajo del BCE en tanto que supervisor y un mayor papel en el nombramiento del presidente y vicepresidente del nuevo consejo de supervisión que se creará en el seno del órgano presidido por Mario Draghi.
   El compromiso final encomienda al BCE la supervisión directa de los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del país en el que estén establecidos, y también de aquellos que hayan recibido fondos del MEDE. Según los cálculos del Gobierno, el 95% de la banca española quedará bajo control del BCE.
   Además, el órgano presidido por Mario Draghi tendrá derecho a asumir en cualquier momento el control directo de un banco pequeño si lo considera necesario.
   Para separar la política monetaria de las nuevas tareas de supervisión, se creará un nuevo consejo de supervisión en el BCE en el que se garantiza además la igualdad de trato a los países de fuera del euro. No obstante, la última palabra la seguirá teniendo el consejo de gobierno de la autoridad monetaria, donde sólo están representados los países euro, porque así lo marca el Tratado.
   Por lo que se refiere al reparto de poder en el seno de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que seguirá siendo la responsable de elaborar los estándares técnicos para todos los bancos de la UE, Reino Unido ha logrado su propósito de lograr derechos especiales para no quedar siempre en minoría frente a los países del euro.
   El Ejecutivo comunitario espera que todos los países de fuera del euro se sumen al mecanismo de supervisión única, excepto Reino Unido, Suecia y República Checa.

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