martes, 12 de marzo de 2013

Los estadounidenses recortan gastos en una economía con ritmo dispar

CHICAGO.- El promedio industrial Dow Jones está en un máximo histórico, la tasa de desempleo de Estados Unidos ha caído a un mínimo en cuatro años y el mercado inmobiliario está viendo una recuperación, pero para muchos estadounidenses de ingresos bajos y medios la economía aún no ha mejorado demasiado.
 
En cambio, esas familias están bastante preocupadas por los mayores precios de la gasolina y un aumento del impuesto a la renta, por lo que planean recortar sus gastos.
Un sondeo online de 1.538 personas realizado entre el 4 y el 8 de marzo reveló que dos tercios de los adultos afirman que están reduciendo sus gastos mensuales, mientras que casi todo el resto afirma que sus gastos no se vieron mayormente afectados.
La principal razón dada por aquellos que dijeron que reducirán sus gastos -un 72 por ciento de los encuestados- fue aumentar el ahorro y pagar deudas. La segunda razón más importante fue el mayor precio de la gasolina, que fue citada por un 63 por ciento.
De aquellos que reducen costos específicamente debido a los precios de la gasolina o a los aumentos de impuestos, un 81 por ciento dijo que recortará sus salidas a comer en restaurantes, un 73 por ciento está reduciendo los costos de entretención, como salidas al cine y a conciertos, y un 62 por ciento gastará menos en viajes y vacaciones.
Al mismo tiempo, los consumidores más acaudalados están mostrando señales de mayor confianza, según un sondeo reciente.
Eso podría alimentar las preocupaciones sobre desigualdad en los ingresos y podría presionar al presidente Barack Obama y a los legisladores demócratas en el Congreso a resistir cualquier plan para reducir el déficit presupuestario que incluya una disminución del gasto en la red de seguridad social y no incluya más impuestos a los ricos.
Los planes de reducción de costos de los ciudadanos estadounidenses no sólo se limitan a los lujos. Un 61 por ciento de los encuestados dijo que intentará ahorrar dinero en ropa y zapatos, mientras que un 43 por ciento también planeaba gastar menos en compras en supermercados.
Sin duda, la gente no siempre hace lo que dice en dichos sondeos, lo que hace la vida difícil para los economistas. También hay señales positivas.
Las cifras de desempleo del viernes mostraron que los empleadores estadounidenses crearon 236.000 puestos de trabajo en febrero y que la tasa de desempleo cayó a un 7,7 por ciento, su menor nivel desde que la crisis financiera comenzó a devastar la economía en diciembre del 2008.
Los precios de las acciones estadounidenses medidos por el promedio industrial Dow Jones han subido un 10 por ciento en lo que va del año, y un 123 por ciento desde el mínimo del 9 de marzo del 2009 tras la crisis financiera.
El alza, junto a una recuperación de un 7 por ciento en los precios de las casas en el último año, tenderán a ayudar a los propietarios y a aquellos que poseen fondos mutuos y fondos de pensión.
La confianza de los más ricos es la que parece estar mejorando más, debido a que el aumento en los precios de los activos compensó el impacto de las alzas de impuestos a los que ganan más.
La edición del febrero del Mendelsohn Affluent Barometer, que encuesta a hogares que perciben más de 100.000 dólares al año, reveló que un 52 por ciento de los acaudalados cree que estarán mejor en un año más, un aumento de 11 puntos porcentuales en sólo dos meses.
Sin embargo, la cantidad de estadounidenses con bajos ingresos ha estado creciendo y la clase media ha estado disminuyendo de tamaño en la medida en que los empleos gubernamentales y en fábricas han declinado desde la crisis financiera.
Según el Homescan Panel de Nielsen, el número de hogares estadounidense que percibe menos de 30.000 dólares al año subió un 9,7 por ciento entre el 2009 y el 2012.
La economía local se expandió a una tasa de un 2,2 por ciento el año pasado, pero los analistas prevén una expansión de sólo un 1,9 por ciento para el 2013, en gran parte debido a una política fiscal más estricta en Washington.
"Mi impresión es que esa (alza de impuestos) está impactando a la economía más a lo pensado inicialmente", afirmó Tim Hopper, economista jefe del proveedor de planes de pensión TIAA-CREF en Nueva York.

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