MADRID.- El sector inmobiliario vivirá en 2013 su peor
año desde el estallido de la crisis en España y se cobrará, de un lado,
otros 100.000 nuevos parados (-10%), y de otro, medianos y grandes
promotores, que seguirán la estela de la concursada Reyal Urbis, en un
mercado estrangulado por el exceso de oferta, la escasa demanda y un
crédito que no acaba de fluir.
En este contexto, es de esperar que los precios de la vivienda,
que descendieron un 13,7% en 2012, según datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE), continúen bajando de forma importante este año, con
diferencias a nivel geográfico, si bien no cabe esperar que en ello
tenga un efecto decisivo el 'banco malo' o Sareb, puesto que no estará
operativo hasta finales del año.
Éste es el escenario que ha dibujado el socio-director de Horizone
Consulting, Julio Gil, durante la presentación de un estudio sobre la
situación actual y las perspectivas del mercado inmobiliario
residencial, quien además avisa de que el hecho de que 2013 vaya a ser
"el peor año de la crisis no quita para que 2014 vuelva a serlo".
En cifras, Gil ha avanzado que la construcción de viviendas se
volverá a situar en mínimos en 2013, con un total de visados por debajo
de los 44.162 del pasado año. Asimismo, como este descenso de visados ha
sido progresivo en los últimos años, es previsible que la finalización
de viviendas se sitúe por debajo de los 119.980 inmuebles de 2012.
Así, como muestra de la dimensión del ajuste que sufre el sector,
las viviendas en construcción sufrirán a finales de este año una caída
del 91% respecto a los niveles de 2007, hasta las 95.000 viviendas.
Sin embargo, esta ralentización en la oferta de nuevas viviendas
no está traduciéndose en una absorción del 'stock' de viviendas vacías,
puesto que la demanda sigue siendo débil. Así, aunque el año pasado se
cerró con un ligero repunte de las transacciones por la anticipación a
la eliminación de la deducción por compra y la subida del IVA desde
enero, este año marcará nuevos mínimos de compraventas, "sobre todo en
el primer semestre".
Así pues, la bolsa de viviendas sin vender que arrastra el sector
sigue sin visos de verse reducida. Horizone estima que en 2012 se redujo
únicamente en 20.000 viviendas, hasta la horquilla de 800.000 y 850.000
inmuebles, es decir, similar al que había al inicio de la crisis (en
2008 y 2009 siguió aumentando a medida que se ejecutaron proyectos
iniciados en los años previos a la crisis).
Por otro lado, si el 'stock' sigue en cifras de años atrás,
también permanecen las dificultades para obtener créditos. Según Gil, en
la actualidad hay "un doble mercado", por un lado el del sector
financiero, en el que los bancos comercializan sus activos y tienen al
mismo tiempo la llave de la financiación; y por otro, el de los
particulares, para los que es "bastante complicado" vender sus viviendas
en estas circunstancias.
Además, aunque "se ha avanzado muchísimo" en el saneamiento de la
banca, éste "no está depurado al 100%", por lo que "no sería extraño
que, por nuevas exigencias o por el deterioro del mercado inmobiliario,
que haga que créditos normales pasen a ser subestándar o dudosos,
entidades que hasta ahora no han recibido ayudas, en el futuro las
necesiten y las que sí las han recibido, necesiten más".
En el capítulo de soluciones, Gil apuesta por dos vías
principales: la rehabilitación y la atracción de la demanda extranjera.
En el primer caso, considera que la rehabilitación es "la única salida"
para mantener la actividad y el empleo en el sector.
Por ello, demanda una "apuesta decidida" por esta actividad en el
marco del Plan Estatal de Vivienda 2013 que vaya acompañada de un plan
de financiación con plazos de amortización asequibles, que apoye, por
ejemplo, a las comunidades de vecinos que quieran acometer estas obras,
así como remover trabas legislativas a nivel autonómico y local para
favorecer las labores de rehabilitación.
Otra de las vías de salida del sector debe ser, según el
socio-director de Horizone, la atracción de la demanda extranjera. "Debe
convertirse en una política de Estado", ha llegado a decir en el
sentido de el Gobierno debería llegar a un acuerdo con las comunidades
autónomas "que exceda las competencias autonómicas" para desarrollar un
urbanismo en costa que dote de más seguridad jurídica a los inversores
extranjeros. "España tiene que exportar viviendas", ha zanjado.
Por otro lado, Gil ha indicado que en materia de alquiler es
preciso fomentarlo en todo caso con el 'stock' de vivienda existente,
con lo que se trata de un mercado que está en manos de la banca y la
Sareb, mientras que en cuanto a la vivienda protegido (VPO) ha recordado
que con la bajada del precio de la vivienda nueva, ésta modalidad
apenas tiene salida y seguirá perdiendo peso en el parque inmobiliario
en 2013 y 2014.
Por ello, ha propuesto que, al menos de modo transitorio, se
liberen las reservas de suelo para VPO para que no supongan un "tapón"
para la iniciativa privada.
Finalmente, sobre la previsible reforma de la Ley Hipotecaria
española, Gil ha defendido que ésta "podría ser más justa", pero ha
llamado a abordar estos cambios con "tiento", puesto que, por ejemplo,
la dación en pago retroactiva supondría "más problemas" para el sector
financiero. En su opinión, tal vez habría que esperar para abordar
cambios de ese calado al momento en que "no estén todos los ojos puestos
en España".
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