ROMA.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Mario Draghi, telefoneó ayer al presidente de Italia, Giorgio
Napolitano, tras conocer los rumores sobre la supuesta intención del
jefe de Estado de dimitir, y que finalmente no se hicieron realidad,
para advertirle de que su marcha podría afectar negativamente a la
economía italiana según informaron este domingo los medios nacionales.
Draghi insistió a Napolitano que su dimisión dejaría a Italia sin
un líder en un momento en el que la crisis en Chipre está sometiendo a
los mercados a una tensión considerable. El BCE no ha realizado
comentarios.
Napolitano anunció finalmente ayer por la tarde que no presentará su dimisión y que agotará su estancia en el poder.
"Me quedaré hasta el último día de mi mandato", declaró Napolitano
en una comparecencia extraordinaria en el Palacio del Quirinal después
de que los medios italianos informaran de que termina su mandato el
próximo 15 de mayo pero podría adelantar su abandono para dar un rodeo a
los artículos constitucionales que impiden a un presidente que disuelva
el Parlamento en los últimos días de su función.
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