WASHINGTON.- Los representantes republicanos y demócratas
en el Congreso reunidos en la Casa Blanca con el presidente
de EEUU, Barack Obama, no han logrado sellar un pacto que permita
evitar la activación automática de los ajustes presupuestarios por
importe de 85.000 millones de dólares (63.910 millones de euros)
previstos a partir del pasado viernes.
En su comparecencia ante la prensa tras finalizar el encuentro, el
presidente de EEUU admitió que el impacto de la activación de dichos
ajustes en los programas federales, en caso de completarse, restará "más
de medio punto" al crecimiento de la economía y se traducirá en la
pérdida de unos 750.000 empleos.
Obama, quien se ha mostrado especialmente crítico con la negativa
republicana a revisar los beneficios fiscales para las rentas altas,
señaló que los ajustes "no serán sentidos por todos de la misma manera,
aunque este dolor será real" y expresó su confianza en que sea posible
retomar las conversaciones proximamente y alcanzar un "'caucus' de
sentido común".
A este respecto, el inquilino de la Casa Blanca apuntó que, si
bien la entrada en vigor de las medidas de ajuste no provocarán una
nueva crisis financiera, pero dañarán la economía, al destruir empleo y
restar "más de medio punto al crecimiento".
Sin embargo, Obama subrayó que este 'secuestro' presupuestario "no
es el apocalipsis, sólo es algo estúpido" y el país "saldrá de ésta",
aunque va a hacer daño al ciudadano medio.
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