FRANCFORT.- El Banco Central Europeo evitará una acción drástica el jueves para
ayudar a Italia o cualquier otro país de la zona euro en dificultades, a
pesar de la amenaza de que las turbulencias políticas en Roma puedan
empeorar la crisis de la deuda del bloque.
Se prevé que el BCE mantendrá sin cambios sus tipos de interés en
el mínimo récord de 0,75 por ciento y en general tampoco modificará las
previsiones del crecimiento y la inflación en su encuentro de este mes.
El presidente de la entidad, el italiano Mario Draghi, reafirmará
que no se considera un alivio de las normas del organismo para las
compras de bonos que sirva para acomodar la situación de Italia, dijeron
analistas.
Solo si los gobiernos se comprometen con reformas económicas que
reduzcan la deuda, el BCE ofrecerá su asistencia, y después del
indefinido resultado electoral de la semana pasada, en Italia no hay un
gobierno que pueda hacerlo.
Incluso cuando se forme uno, le costaría ignorar el voto fuerte contra la austeridad que emitieron los italianos.
"Las reglas del (programa de asistencia del BCE) OMT son muy
claras y no hay manera en la que el BCE vaya a apartarse de esas
reglas", dijo un economista de Unicredit, Marco Valli.
Los rendimientos de los bonos del gobierno italiano bajaron el
miércoles cuando los inversores depositaron su fe en la capacidad del
BCE para evitar que el país se hunda en una crisis total. Eso incrementó
la presión para que el BCE actúe.
En la habitual conferencia de prensa posterior al anuncio de la
decisión sobre los tipos, Draghi puede hacer frente a muchas preguntas
sobre si se usará pronto el programa de compras de bonos, denominado Transacciones Monetarias Directas (OMT, por sus siglas en inglés).
Un sondeo entre economistas mostró que la
incertidumbre derivada de la elección italiana hace más probable que el
BCE tenga que ayudar a las naciones en problemas, por medio de compras
de sus títulos, en algún momento. Pero es más probable que España reciba
la ayuda, no Italia.
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