NUEVA YORK.- La Bolsa de Nueva York batió máximos históricos esta
semana y confía en continuar su impulso, que puede parecer desconectado
de la economía real, pero podría ser señal de una recuperación más
generalizada, según expertos.
En las últimas cinco sesiones, el Dow Jones Industrial Average, el
índice de las 30 principales empresas que cotizan en Wall Street, subió
2,18%, a 14,397.07 puntos, sellando su cuarto cierre récord desde el
martes.
El índice Nasdaq, de dominante tecnológica, avanzó 2,35%, situándose
en 3.244,37 puntos, terminando en su nivel más alto desde el 7 de
noviembre de 2000.
El índice ampliado Standard & Poor's 500 progresó por su parte
2,17%, ubicándose en 1.551,18 puntos, finalizando a menos de 15 puntos
de su propio récord al cierre, batido el 9 de octubre de 2007.
Liberada, al menos temporalmente, de los angustiantes plazos sobre el
presupuesto estadounidense, Wall Street logró esta semana romper
récords que datan de antes de la crisis financiera y el estallido de la
burbuja inmobiliaria.
"Este es un momento crucial y es una alegría verlo", señaló Chris Low
de FTN Financial. "Pero también es un recordatorio de que el récord de
la Bolsa era de 2007".
Al aventurarse de ahora en más en territorio desconocido, la plaza
financiera "está actualmente por muy buen camino, con su optimismo
confirmado por las estadísticas económicas", tanto en términos de empleo
como del sector inmobiliario, los dos pilares de su recuperación, dijo
Gregori Volokhin, de la empresa de servicios financieros Meeschaert
Nueva York.
Con una tasa de desempleo en baja al 7,7%, un aumento del precio de
las propiedades, una reactivación de la construcción y una aceleración
de la recuperación del sector manufacturero, la espectacular remontada
del mercado no parece exagerada a los ojos de los analistas.
"Los precios del mercado están lejos de haber alcanzado sus máximos
históricos" en términos de los beneficios de las empresas cotizadas,
destató Evariste Lefeuvre del banco de inversión Natixis, que no
considera que la Bolsa esté "desproporcionadamente valorada".
Y aunque el impacto de la subida de impuestos en enero y de los
recortes del gasto público a comienzos de marzo podrían "sentirse a
finales de marzo o principios de abril", lo cual podría causar una leve
corrección del mercado, "la tendencia en el largo plazo sigue siendo
alcista", consideró Hugh Johnson, de Hugh Johnson Advisors.
"El estadounidense que invierte en la Bolsa vio su cartera de
acciones aumentar 10%, pero su salario no ha aumentado", o simplemente,
"sus gastos aumentan con las alzas de impuestos", señaló Volokhin.
Esto puede explicar "que la gente no necesariamente sienta" esta
euforia en la vida real y "que los hogares no experimenten un aumento de
su poder adquisitivo", amenazando el consumo, un trampolín esencial
para la economía de Estados Unidos, agregó.
El salario semanal medio aumentó sólo 1,8% en un año, en el sector
privado, a un nivel cercano al de la inflación (1,6% en enero).
"El peso de los salarios con relación al volumen de negocios" de las
empresas que muestran altos beneficios y liquidez total sigue siendo
"muy bajo" actualmente, reconoció Lefeuvre. Pero si la recuperación
continúa, las cosas podrían cambiar poco a poco, dijo.
Para Stephane Ventilato, de Banca IMI Securities, "hay que tener un poco de paciencia".
"La vida real es ahora, mientras que el mercado es un mecanismo de
anticipación: los dos indicadores (índice bursátil y salarios) se basan
en horizontes temporales diferentes".
Sólo el tiempo permitirá superar la brecha entre una Bolsa exaltada y
un consumidor aún vacilante. "Más importante que el aumento salarial,
por el momento, es la creación de empleo, que tiene un factor
multiplicador" sobre el consumo, "mucho más importante", agregó el
analista.
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