ESTRASBURGO.- El vicepresidente económico de la Comisión,
Olli Rehn, ha admitido este miércoles "errores" en la gestión del
rescate de Chipre, en particular que no se garantizara desde el
principio la protección de los depósitos inferiores a 100.000 euros, y
ha reiterado que "no debe verse como modelo" para futuros casos de
asistencia financiera.
"El enfoque seguido en Chipre no debe verse como un modelo para
ninguna actividad futura. De hecho, no hay modelos como tales. Aunque
los programas (de rescate) tienen similitudes, cada uno se ajusta a las
necesidades del país en cuestión", ha sostenido Rehn en una
comparecencia ante el pleno de la Eurocámara.
"Grecia, Irlanda, Portugal y España tenían cada uno condiciones
muy específicas, que se han tenido en cuenta en los programas
diseñados", ha agregado.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario ha admitido que "el
proceso que nos llevó a este acuerdo (sobre Chipre) ha sido muy difícil y
no exento de errores" y ha atribuido los problemas a que se han
utilizado "instrumentos que todavía no se habían comprado" y a la
"enorme presión del tiempo".
"El margen de maniobra era muy limitado y
la falta de acuerdo hubiera sido lo peor para todos", ha alegado en
respuesta a las críticas de la Eurocámara.
Los portavoces de los principales grupos políticos ha criticado la
mala comunicación que el Eurogrupo hizo sobre el rescate, y han atacado
a la Comisión por considerar que no defendió desde el principio a los
depositantes con menos de 100.000 euros. Además, el líder de los
socialistas, Hannes Swoboda, ha dicho que el Consejo, y en particular
Alemania, se han comportado "de forma casi colonial" en Chipre.
Rehn ha considerado "muy importantes" las críticas de los
eurodiputados sobre el carácter "difícil" y "complejo" de las
estructuras de toma de decisiones en la eurozona y ha dicho que es
necesario "intensificar la reforma" de la unión monetaria para resolver
restos problemas.
El Ejecutivo comunitario hubiera preferido "un ajuste más gradual
del sistema bancario chipriota y de la economía real", ha sostenido el
comisario. No obstante, los Estados miembros sólo estaban dispuestos a
aportar un máximo de 10.000 millones de euros a Nicosia y "este tope
limitó severamente las opciones disponibles".
Rehn ha admitido que las restricciones de capital impuestas por
las autoridades chipriotas para evitar una fuga de capitales, aunque
justificadas, constituyen una "limitación muy seria a la libre
circulación de capitales".
"Por ello, la Comisión garantizará que estas
medidas no duren más de lo estrictamente necesario", ha afirmado.
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