WASHINGTON.- La fórmula finalmente adoptada para prestar
asistencia a Chipre, que implica la imposición de pérdidas sobre los
depósitos no garantizados, supone una excepción ante la singularidad del
caso chipriota que no debe ser vista como un modelo para otros países,
según ha asegurado el Fondo Monetario Internacional (FMI), que participa
junto al Banco Central Europeo (BCE) y la UE en el rescate de la isla.
"Chipre es un caso muy especial, porque los bancos son muy débiles
y su capitalización es muy débil, con una relación muy escasa entre
capital y depósitos", explicó en rueda de prensa el consejero financiero
y director del mercado de capitales del FMI, José Viñals, quien subrayó
las diferencias con otros sistemas bancarios.
"No debe ser un modelo para los demás, se trata de un caso
singular", añadió el funcionario español del FMI, al tiempo que subrayó
la importancia de repartir la carga del saneamiento entre sector público
y privado minimizando el coste para el contribuyente.
"Resulta absolutamente esencial proteger a los depósitos", concluyó Viñals.
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