miércoles, 24 de abril de 2013

El Gobierno suizo restringe la entrada en el país a los ciudadanos de toda la Unión Europea


PARÍS.- El Gobierno de Suiza ha decidido restringir la entrada en el país de todos los ciudadanos de la Unión Europea tras activar la cláusula de salvaguarda de la libre circulación de personas, según informan los medios helvéticos.

   El Consejo Federal ha cedido así a las presiones de la derecha y, además de mantener las restricciones que ya afectaban a los ciudadanos de los países del este de la UE, las ha extendido al resto de estados miembros por espacio de un año, informa la emisora RTS.
   A partir del 1 de mayo, y por espacio de un año, las restricciones se aplicarán a todos los trabajadores de la UE en virtud de la citada cláusula incluida en el acuerdo bilateral entre el bloque europeo y Suiza.
   La condición para ello, según aclara la agencia ATS, es que el número de permisos de residencia entregados a trabajadores procedentes de la UE debe superar al menos en un 10 por ciento la media de los permisos emitidos durante los tres años anteriores.
   La ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga, ha reconocido que la medida tendrá un escaso efecto en la inmigración puesto que no es más que "un instrumento entre otros" para controlarla y "solo la suma de medidas permite resolver los problemas".
   Por otra parte, ha defendido que la activación de la cláusula de salvaguarda no es un acto inamistoso hacia la UE, sino que es algo que figura en el acuerdo alcanzado. "Somos amigos y lo seguiremos siendo", ha defendido.
   La UE y Suiza firmaron un acuerdo de libre circulación de personas en 1999 que los helvéticos avalaron en referéndum al año siguiente y que entró en vigor el 1 de junio de 2002. Dicho acuerdo afectaba a los entonces quince estados miembros, así como a Chipre y Malta.
   En septiembre de 2005, los suizos aceptan la extensión del acuerdo a los ciudadanos de los diez nuevos estados miembro de la UE, medida que entró en vigor en abril de 2006 y que contemplaba condiciones más estrictas para estos países hasta 2011.
   En mayo de 2008 y en mayo de 2009 se dieron las condiciones para activar la cláusula de salvaguardia, pero el Gobierno suizo decidió no hacerlo. El 1 de mayo de 2011 se pone fin a las restricciones que pesaban sobre los ciudadanos de República Checa, Eslovaquia, Polonia, Eslovenia, Hungría, Estonia, Letonia y Lituania, que a partir de ese momento podían establecerse y trabajar libremente en Suiza.
   Sin embargo, el 18 de abril del año pasado el Consejo Federal optó por activar por primera vez la cláusula de salvaguardia, limitándola solo a estos ocho países. La medida ha sido confirmada este miércoles, con la salvedad de que se ha extendido al conjunto de los 27 estados miembro.

El Ejército se prepara

Suiza, el país europeo con refugios atómicos en todas las viviendas, prepara sus tropas militares para contrarrestar una invasión de refugiados europeos en caso de derrumbe económico y disturbios en gran escala en el Viejo Continente. Desde hace meses, los artículos de prensa se suceden, las análisis se multiplican, las previsiones alarmistas se hacen cada vez más numerosas.
Las fuerzas armadas suizas trabajan sobre el escenario de grandes turbulencias en Europa que podrían desembocar en guerras raciales. El ejército helvético está actualmente entrenándose en ejercicios militares para blindar sus fronteras frente a la posibilidad de futuras revueltas sociales en los países limítrofes. En septiembre de este año, el ejercito suizo se ha estado llevando a cabo entrenamientos sobre escenarios de violencias civiles relacionadas con la inestabilidad económica y social de Europa.
Suiza se preocupa de la desorganización de los ejércitos de los países vecinos relacionada con la crisis y las medidas de austeridad impuestas por Bruselas, lo que obliga a los Estados de la UE a reducir sus presupuestos destinados a la seguridad y la defensa (Policía, Gendarmería, Ejercito).
El resultado de una política financiera que consiste en priorizar un sistema bancario en quiebra antes que su dispositivo de seguridad representa un peligro para las poblaciones europeas. Los recortes en materia de seguridad están debilitando la cohesión social y favoreciendo al crimen organizado y la degradación social. Los suizos están convencidos de que los europeos no van a tener los medios necesarios para contener las revueltas que van a tener lugar de aquí a poco si las protestas y el descontento siguen subiendo en Europa. Ante el temor de sublevaciones masivas y generalizadas en Europa Suiza pretende blindar sus fronteras.
El ministro de la Defensa suiza ha declarado hace poco: “No descarto la posibilidad de que tengamos que recurrir al Ejército en los próximos años para hacer frente a situaciones de gran conmoción social y disturbios de gran envergadura en los países vecinos”. A renglón seguido ha pedido al Gobierno que proceda a la compra de aviones de combate Saab Gripen para aumentar las escuadrillas aéreas e incrementar sus equipamientos militares de todo tipo. Suiza cuenta actualmente con 200.000 soldados y está embarcada en una política de modernización de su ejército.
John R. Schindler, profesor de Asuntos de Seguridad Nacional en el US Naval War College de los EE.UU ha declarado recientemente: “Si un terrorista similar al noruego Anders Breivik lleva a cabo un ataque contra musulmanes, las cosas podrían ponerse increíblemente peligrosas muy rápidamente, lo que podría desencadenar levantamientos generalizados de musulmanes en toda Europa”.

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