LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P)
ha confirmado el rating 'AAA' de emisor a largo plazo de Reino Unido,
la máxima calificación posible, aunque ha decidido mantener su
perspectiva en 'negativa' ante el riesgo de que su comportamiento fiscal
y económico sea más débil de lo que prevé.
La agencia, que ha tomado la misma decisión respecto a la
calificación del Banco de Inglaterra, explica que ha decidido no retirar
la 'triple A' a Reino Unido debido a que el Gobierno "sigue
comprometido con la implementación de su programa fiscal, y tiene la
capacidad y la voluntad de responder con rapidez a los desafíos
económicos".
Asimismo, destaca que el rating del país está apoyado en su
economía "rica y diversa", la flexibilidad de su política monetaria y
fiscal y unos mercados laborales y de productos "adaptables". Además,
considera que el país cuanta con una fuerte demanda de su deuda pública a
largo plazo por parte de inversores tanto domésticos como
internacionales.
S&P espera que Reino Unido crezca de media un 1,6% en el
periodo comprendido entre 2013 y 2016, después de crecer tres décimas en
2012, aunque cree que los factores que han limitado el crecimiento en
los últimos años continúen haciéndolo. "Creemos que los esfuerzos del
Gobierno en los próximos años para recortar el déficit lastrarán el
crecimiento económico, aunque prevemos que el ritmo de consolidación se
alivie en el corto plazo", agrega.
Por otro lado, la agencia de calificación prevé que el país siga
siendo miembro de la Unión Europea (UE), con sus implicaciones para su
crecimiento económico y su posición exterior, y cree que no le afectará
la incertidumbre sobre el resultado de un posible referéndum de
permanencia en la unión.
Respecto a la perspectiva 'negativa', explica que refleja su
opinión de que existe una probabilidad entre tres de que rebaje su nota
en los próximos dos años si el desempeño fiscal y económico de Reino
Unido está por debajo de sus expectativas, lo que podría llevar la deuda
pública a cerca del 100% del PIB.
Asimismo, apunta que otro motivo para una rebaja sería una mayor
ralentización del ritmo y el grado de consolidación fiscal, consecuencia
o de una menor capacidad y voluntad del gobierno para implementar su
"ambiciosa" estrategia fiscal o de un menor crecimiento económico del
previsto.
Por el contrario, apunta que podría revisar las perspectivas del
rating a 'estable' si la economía se recupera de una manera más rápida y
más fuerte de lo que espera la agencia, permitiendo que la deuda
pública se estabilice respecto al PIB en 2014-2015.
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