PEKÍN.- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional
(FMI), Christine Lagarde, hizo hoy desde el Foro de Boao varias
recomendaciones a la dinámica economía asiática para evitar el desgaste
de su modelo de desarrollo, entre ellas una mayor inversión en "capital
humano", es decir, en salud y educación.
"La región no debe pensar que mientras crece eso implica
inevitablemente mayor desigualdad. Corea (del Sur) se negó a esa
tendencia durante su 'boom' de los años 80", recordó en el "Davos
asiático" Lagarde, quien insistió en que "un crecimiento más igualitario
será probablemente más sostenido y perdurable".
Para ello, la política francesa citó varias posibles recetas, entre
ellas "invertir en la salud y en los conocimientos de los futuros
trabajadores", algo que en su opinión "es muy importante para países con
una gran población joven, como India".
Lagarde expresó su preocupación por que Asia, la misma zona que suele
recibir elogios por su rápido desarrollo, invierte menos en educación y
salud que otras regiones del mundo.
"En países como Indonesia o Filipinas es menos del 4 por ciento de su PIB, menos de la mitad que en Latinoamérica", lamentó.
La responsable del FMI se detuvo en el caso indonesio y señaló que
ese país podría redirigir muchos de sus elevados subsidios para
combustible o comida "a la gente que realmente lo necesita, los pobres" y
dedicar el monto sobrante al sector sanitario.
Lagarde subrayó que la inversión en capital humano es especialmente
importante en países muy poblados con una clara tendencia al
envejecimiento de su pirámide demográfica: no sólo ya los casos
conocidos de Japón, Corea del Sur o incluso China, sino también los que
ya se vislumbran en Tailandia o Vietnam.
También recomendó la creación de un clima más abierto para la
inversión en Asia, lo que denominó "derribar barreras y fortalezas" en
algunos sectores protegidos por los Estados (caso de la banca o las
telecomunicaciones en China, que el régimen comunista considera
"estratégicos").
Entre las trabas que perduran en Asia destacó las que denominan el
sector financiero, con muy escasa circulación trasnacional de la banca
asiática, hasta tal punto que, relató, "muchos países asiáticos tienen
más conexión financiera con Estados Unidos que entre sus vecinos".
Lagarde resumió sus sugerencias diciendo que "la receta asiática para
el crecimiento ha servido extremadamente a la región, pero, como en una
granja, tras muchas cosechas exitosas necesitas algo más, recursos
adicionales para que el campo sea fértil de nuevo".
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