WASHINGTON.- América Latina enfrenta "una gran oportunidad" para
crecer anualmente al 6 % si es capaz de aplicar reformas estructurales
como la reducción de la informalidad laboral o la inversión en
infraestructura, dijo hoy José Juan Ruiz, economista jefe del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"América Latina está probablemente creciendo actualmente a su máxima
tasa dados sus recursos e instituciones, alrededor del 4%", explicó
Ruiz, tras una mesa redonda sobre el informe "Replantear las reformas:
Cómo América Latina y el Caribe pueden escapar al menor crecimiento
mundial" del organismo multilateral.
El economista jefe del BID recordó, no obstante, que América Latina
crece "un punto por ciento más que el resto del mundo, que lo hace
entorno al 3%, por lo que no podemos hablar de situación de crisis, pero
se trata de aprovechar la oportunidad existente".
Los países asiáticos, por su parte, han promediado un crecimiento sostenido en los últimos años del 6 %.
En el estudio, agregó Ruiz, "hemos tratado de identificar cuáles son
los obstáculos que impiden este salto en el crecimiento" y las reformas
que "vemos que tienen mayor potencialidad son aquellas que inciden
directamente sobre la productividad, como la reducción de la
informalidad en el trabajo y la inversión en infraestructuras".
De acuerdo a los datos del organismo, América Latina está invirtiendo
en infraestructuras un 3 % de su Producto Interior Bruto (PIB) cuando
sus competidores llevan haciéndolo en los últimos años un 5 %.
"América Latina se ha quedado atrás en la calidad y la cantidad de
sus infraestructuras (...) Es necesario dar ese salto e invertir más",
afirmó Ruiz, que anteriormente ocupó el cargo Director de Estrategia y
Economista Jefe de la División de América Latina del Banco Santander, en la sede el organismo en Washington.
En este sentido, los técnicos del BID apuntaron que una posible
explicación para esta baja inversión es la escasa tasa de ahorro en
América Latina, que está a niveles de los países subsaharianos, y otra,
las experiencias negativas previas en la región en contextos de amplio
endeudamiento extranjero.
Asimismo, precisaron que estas reformas estructurales son objetivos
que deben ser alcanzados a través de reformas más precisas y de menor
escala.
Como ejemplo para reducir la informalidad laboral, Ruiz puso la
reciente reforma fiscal en Colombia, que "sin buscar aumentar la
recaudación, ha eliminado los impuestos existentes sobre el trabajo
formal que hacían que los empresarios y empleados prefiriesen mantenerse
en el sector informal".
En América Latina, la informalidad alcanza el 56 % de los empleos regionales.
Sobre la infraestructura, agregó Ruiz, "la meta debe ser desarrollar
mercados de capitales domésticos y en alianzas público-privadas, que
permitan captar una fuente segura y estable de financiación en el
mediano plazo".
En este sentido, Andrew Powell, asesor Principal del Departamento de
Investigación del organismo internacional destacó que "los potenciales
beneficios de la mejora de utilización de recursos son muy
significativos" y subrayó los "efectos de contagio positivo" de
producirse acciones "concertadas".
Las reformas, sin embargo, deben ser analizadas caso por caso en
función de las necesidades de cada país, ante la gran variedad de
situaciones económicas dentro de la región.
Las últimas previsiones del Banco Mundial y el FMI de enero pasado,
en las que se basan los análisis del BID, sitúan un crecimiento estimado
para Latinoamérica de entre el 3,5% y el 3,8 % para 2013, y en torno
al un 4% para 2014 y 2015.
La próxima semana, durante la reunión de primavera del BM y el FMI,
ambas instituciones presentarán sus proyecciones actualizadas para la
economía mundial.
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