WASHINGTON.- El FMI deberá vigilar los efectos indeseables de los planes
anticrisis de los bancos centrales y asegurar que el fin de los
depósitos no supone un «shock» para los países emergentes, ha estimado
Christine Lagarde este sábado en la rueda de prensa posterior a la
Asamblea de primavera.
Hay inquietudes crecientes sobre el impacto de las
políticas monetarias no convencionales, que combinan la compra de
activos y las tasas de interés cercanas al cero, aseguró Lagarde.
La directora, que aseguró que los bancos centrales son «los
héroes de la crisis», consideró sin embargo, que estas políticas
podrían causar "efectos adversos" en los flujos del capital hacia los
países emergentes, y que eso puede perturbar el mercado de divisas. Por
eso, estos efectos «deben ser controlados».
La directora podría estar hablando por ejemplo, de la
aplicación del modelo chipriota a futuros rescates, a la que el ministro
de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble, se refirió hoy como una
posibilidad real.
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