LISBOA.- Un equipo de técnicos de la troika iniciará mañana una nueva visita a
Portugal para analizar las últimas medidas de austeridad anunciadas por
el Gobierno conservador, anunció hoy el ministro de Finanzas luso,
Vitor Gaspar.
De acuerdo con el titular, miembros de la Comisión Europea (CE), el
Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se
reunirán con el Ejecutivo portugués para estudiar los más recientes
ajustes encaminados a cumplir compromisos adquiridos con los
prestamistas internacionales.
El pasado viernes el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, anunció una nueva serie de medidas ya anticipadas a grandes rasgos en abril con las que pretende lograr un ahorro de cuatro mil millones 800.000 euros en el gasto público de 2013 a 2016.
Al dirigirse a la nación el jefe de Gobierno comunicó que el número de funcionarios públicos (actualmente unos 580.000) se reducirá en 30.000, mientras la edad de jubilación aumentará de los 65 a los 66 años y la jornada laboral de los trabajadores públicos se alargará de 35 a 40 horas semanales.
Varias de esas medidas tienen el propósito de compensar el fallo del Tribunal Constitucional que anuló en abril varios de los recortes incluidos en los Presupuestos de 2013, mientras otras son parte de la reforma del Estado comprometida por Portugal en el rescate financiero concedido por la troika.
Asimismo, Passos Coelho informó sobre el aumento de la contribución de los trabajadores a la seguridad social, por la cual deberán pagar un 2,25 por ciento de sus salarios, en lugar del 1,50 por ciento actual, y el año que viene habrá otro aumento del 0,25 por ciento.
Las reformas, que necesitan luz verde de la troika, están abiertas al diálogo con la oposición, sindicato y empresarios, según el primer ministro, pero prácticamente todas esas fuerzas se han mostrado contrarias a su aplicación.
Este lunes el Gobierno inició negociaciones con los sindicatos sobre el nuevo plan de ajustes, y específicamente, sobre la supresión de 30.000 puestos de funcionarios y empleados públicos y la extensión de su tiempo de trabajo, medidas que han despertado fuertes críticas.
La troika regresará mañana a Lisboa solo dos semanas después de dejar el país por última vez, durante la séptima revisión del programa de rescate financiero de 78.000 millones de euros otorgado a Portugal en mayo de 2011.
En esta ocasión, se espera que den el visto bueno a las nuevas medidas anunciadas por el Ejecutivo, las cuales son necesarias para que la nación lusa reciba un nuevo tramo de ayuda de dos mil millones de euros.
Pero las políticas de austeridad han provocado en los últimos meses numerosas manifestaciones para reclamar su fin y la dimisión del Ejecutivo, mientras la aplicación de los rigurosos recortes y ajustes hasta el momento no dan señales de mejorar la situación.
El pasado viernes el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, anunció una nueva serie de medidas ya anticipadas a grandes rasgos en abril con las que pretende lograr un ahorro de cuatro mil millones 800.000 euros en el gasto público de 2013 a 2016.
Al dirigirse a la nación el jefe de Gobierno comunicó que el número de funcionarios públicos (actualmente unos 580.000) se reducirá en 30.000, mientras la edad de jubilación aumentará de los 65 a los 66 años y la jornada laboral de los trabajadores públicos se alargará de 35 a 40 horas semanales.
Varias de esas medidas tienen el propósito de compensar el fallo del Tribunal Constitucional que anuló en abril varios de los recortes incluidos en los Presupuestos de 2013, mientras otras son parte de la reforma del Estado comprometida por Portugal en el rescate financiero concedido por la troika.
Asimismo, Passos Coelho informó sobre el aumento de la contribución de los trabajadores a la seguridad social, por la cual deberán pagar un 2,25 por ciento de sus salarios, en lugar del 1,50 por ciento actual, y el año que viene habrá otro aumento del 0,25 por ciento.
Las reformas, que necesitan luz verde de la troika, están abiertas al diálogo con la oposición, sindicato y empresarios, según el primer ministro, pero prácticamente todas esas fuerzas se han mostrado contrarias a su aplicación.
Este lunes el Gobierno inició negociaciones con los sindicatos sobre el nuevo plan de ajustes, y específicamente, sobre la supresión de 30.000 puestos de funcionarios y empleados públicos y la extensión de su tiempo de trabajo, medidas que han despertado fuertes críticas.
La troika regresará mañana a Lisboa solo dos semanas después de dejar el país por última vez, durante la séptima revisión del programa de rescate financiero de 78.000 millones de euros otorgado a Portugal en mayo de 2011.
En esta ocasión, se espera que den el visto bueno a las nuevas medidas anunciadas por el Ejecutivo, las cuales son necesarias para que la nación lusa reciba un nuevo tramo de ayuda de dos mil millones de euros.
Pero las políticas de austeridad han provocado en los últimos meses numerosas manifestaciones para reclamar su fin y la dimisión del Ejecutivo, mientras la aplicación de los rigurosos recortes y ajustes hasta el momento no dan señales de mejorar la situación.
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