BRUSELAS.- Los sindicatos europeos han reclamado este
jueves a la Comisión Europea que presione a los gobiernos de la Unión
Europea para que den con "urgencia" un giro en las políticas de
austeridad que permita reforzar la dimensión social o, de lo contrario,
los ciudadanos y trabajadores europeos "no podrán apoyara más el
proyecto europeo".
"Hay una situación de urgencia social en Europa. Las políticas
macroeconómicas han fracaso y han llevado a un sentimiento de injusticia
social que obliga a hacer algo si se quiere que los ciudadanos y
trabajadores europeos sigan comprometidos con el proyecto europeo", ha
advertido en una rueda de prensa en Bruselas la secretaria general de la
Confederación Europea de Sindicatos (CES), Bernardette Ségol.
El jefe del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, y su
colegio de comisarios han escuchado este jueves las prioridades de los
sindicatos y patronales europeas, de cara a la 'hoja de ruta' que
Bruselas prevé presentar sobre el futuro de la Unión Económica y
Monetaria en el próximo Consejo europeo de junio.
Al término del encuentro, todos han comparecido en una rueda de
prensa en la que Barroso ha afirmado que "la dimensión social es tan
importante como el mercado en una economía de mercado", por lo que ha
recalcado la necesidad de una coordinación y supervisión "más profunda"
de las políticas sociales y de empleo.
De cara a la 'hoja de ruta' sobre la que trabaja la Comisión,
Ségol ha advertido de que "no debe quedarse en una anécdota", sino que
debe plantear cambios sustanciales y no quedarse "en un medicamento
superficial, como la tirita que se pone en una pierna de madera".
"El problema es el paro, la ausencia de crecimiento. Pedimos a
la Comisión que haga presión y lleve el mensaje al Consejo de que si la
cuestión social no vuelve al centro de la discusión, los europeos,
desencantados, no podrán apoyar este proyecto", ha insistido.
Por su parte, la patronal europea BusinessEurope se ha mostrado
abierta a permitir cierta "flexibilidad" a los países comprometidos con
las reformas, pero ha dejado claro que no aceptará "dar marcha atrás en
el camino", según ha explicado en la rueda de prensa su director
general, Markus Beyrer.
Beyrer ha apuntado que el fuerte paro juvenil es una preocupación
para la que los actores sociales deben encontrar una respuesta común,
pero ha subrayado la necesidad de "equilibrar la solidaridad y la
responsabilidad", para "evitar errores de hace una década", cuando
"algunos Estados miembros creían estar por encima de las reglas".
"Digo
sí a la flexibilidad a cambio de las reformas que hay que hacer, porque
si no, no podremos crear empleo, pero (digo) totalmente no a dar marcha
atrás en el camino andado", ha zanjado.
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