LISBOA.- El primer ministro de Portugal, Pedro Passos
Coelho, ha anunciado este viernes una nueva batería de reformas que
contempla el aumento a los 66 años de la edad de jubilación y la
reducción de la plantilla de funcionarios en unas 30.000 personas.
Passos Coelho ha apelado a la "sostenibilidad" de las pensiones
para modificar la normativa de jubilación. Aunque la "edad legal" se
mantendrá en los 65 años, quienes quieran retirarse antes de los 66
recibirán una "penalización" y, por tanto, no podrán cobrar todo el
subsidio que les corresponde.
En el caso de las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional Republicana
y la Policía de Seguridad Pública, se establece en 58 años la edad para
pasar a la reserva o prejubilarse.
Passos Coelho también ha incluido cambios en la estructura de la
administración pública, donde el Gobierno quiere prescindir de unos
30.000 empleados mediante despidos pactados y recolocaciones. Asimismo,
los funcionarios tendrán que trabajar 40 horas semanales en lugar de las
actuales 35 y se revisará la tabla salarial.
Los ministerios verán recortado en un 10 por ciento su presupuesto
para adquisición de bienes y servicios, según las medidas recogidas por
el periódico portugués 'Publico'.
El primer ministro luso, que confía en ahorrar otros 4.800
millones hasta 2015, ha apelado al diálogo con el resto de fuerzas
políticas para "perfeccionar" las medidas y "minimizar su impacto", así
como para que sean adecuadas a la "jurisprudencia constitucional".
Passos Coelho incluso se ha mostrado abierto a propuestas
"alternativas" y "creíbles" que sustituyan a las medidas presentadas
este viernes.
En cualquier caso, y en un aparente intento por apaciguar a la
oposición política y a la ciudadanía, ha subrayado que los sacrificios
"valen la pena".
"Fallar ahora sería desperdiciar esos sacrificios y es
algo que no nos podemos permitir", ha añadido.
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