WASHINGTON.- El presidente Barack Obama admitió que el desempleo aún está
demasiado alto en Estados Unidos, y mientras las corporaciones potencian
sus ingresos el mercado laboral muestra signos de recalentamiento.
En su discurso semanal por radio e Internet, el mandatario demócrata
señaló que muchas empresas norteamericanas han marcado récords en
registros de ganancias, pero la creación de puestos laborales continúa
deprimida.
La economía nacional necesita sobre todo empleos destinados a la clase media y debemos implementar programas que logren ese objetivo de manera rápida, exhortó el jefe de Estado.
Obama anunció la semana pasada una gira por varias ciudades para promocionar la nueva agenda de la Casa Blanca en cuanto al combate contra el desempleo y ayer visitó Baltimore, en Maryland.
Analistas conservadores comentan que en realidad el gobernante intenta desviar la atención de la opinión pública desde varios conatos de escándalos políticos en Washington: el caso Bengasi, el espionaje contra la agencia AP y las revelaciones del Servicio de Renta Interna.
Más de dos millones de personas quedaron sin oportunidad de empleo en los 46 meses que ha durado la llamada Gran Recesión en Estados Unidos, subrayó un estudio del Instituto Brookings.
Administraciones locales y federales bajo el mandato de Obama han cortado unos 500 mil puestos laborales, mientras el gobierno central de Washington dejó de contratar a casi un millón 700.000 trabajadores, señala la fuente.
Según la investigación patrocinada por los economistas Michael Greenstone y Adam Looney, el ejecutivo demócrata justifica este escenario con los preceptos de austeridad dictados desde la Oficina Oval para intentar balancear al presupuesto nacional.
Considerando el tamaño de la fuerza laboral en Estados Unidos -unos 156 millones de individuos-, un adicional de 2,2 millones de empleos significarían que la tasa del paro estaría en 6,1 y no en el 7,5 por ciento actual.
La economía nacional necesita sobre todo empleos destinados a la clase media y debemos implementar programas que logren ese objetivo de manera rápida, exhortó el jefe de Estado.
Obama anunció la semana pasada una gira por varias ciudades para promocionar la nueva agenda de la Casa Blanca en cuanto al combate contra el desempleo y ayer visitó Baltimore, en Maryland.
Analistas conservadores comentan que en realidad el gobernante intenta desviar la atención de la opinión pública desde varios conatos de escándalos políticos en Washington: el caso Bengasi, el espionaje contra la agencia AP y las revelaciones del Servicio de Renta Interna.
Más de dos millones de personas quedaron sin oportunidad de empleo en los 46 meses que ha durado la llamada Gran Recesión en Estados Unidos, subrayó un estudio del Instituto Brookings.
Administraciones locales y federales bajo el mandato de Obama han cortado unos 500 mil puestos laborales, mientras el gobierno central de Washington dejó de contratar a casi un millón 700.000 trabajadores, señala la fuente.
Según la investigación patrocinada por los economistas Michael Greenstone y Adam Looney, el ejecutivo demócrata justifica este escenario con los preceptos de austeridad dictados desde la Oficina Oval para intentar balancear al presupuesto nacional.
Considerando el tamaño de la fuerza laboral en Estados Unidos -unos 156 millones de individuos-, un adicional de 2,2 millones de empleos significarían que la tasa del paro estaría en 6,1 y no en el 7,5 por ciento actual.
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