DUBLÍN.- Irlanda se está preparando para rechazar de manera oficial las
acusaciones realizadas por senadores estadounidenses acerca de que es un
paraíso fiscal para las grandes multinacionales, y para lanzar una
ofensiva diplomática con la que reparar los daños causados a su
reputación en el exterior.
Irlanda se ha visto obligada a defender su impuesto de sociedades
superreducido después de que el Senado de EEUU dijera la semana pasada
que la multinacional Apple apenas pagó impuestos sobre unos beneficios
de decenas de miles de millones de dólares canalizados a través de
filiales irlandesas y que negoció un impuesto de sociedades especial
inferior al dos por ciento.
Ministros y altos cargos irlandeses han insistido en que el
sistema fiscal del país es transparente y que hay otros países
responsables si el fabricante del iPhone y del iPad ha pagado impuestos
tan bajos. El ministro de Finanzas, Michael Noonan, dijo que Irlanda no
será el "chivo expiatorio" del subcomité del Senado.
Dos fuentes gubernamentales dijeron que el Gobierno probablemente
dará una respuesta firme esta semana, y dirá al comité liderado por el
veterano senador experto en cuestiones fiscales Carl Levin que Irlanda
no es un paraíso fiscal, ni que le preparó un acuerdo especial a Apple.
"Sin duda, hay un riesgo de un daño a la reputación si no
defendemos nuestra parcela y dejamos claro los hechos, así que por
supuesto eso va a ocurrir", dijo a Reuters la ministra irlandesa de
Asuntos Europeos, Lucinda Creighton, refiriéndose a la respuesta que
está preparando.
"No tengo ninguna duda de que será una respuesta fuerte, y
defenderemos con energía a Irlanda como un lugar seguro, legalmente
válido y un buen sitio para hacer negocios. Lo que se ve es lo que hay, y
por eso tantas empresas globales tienen su sede en Irlanda".
Creighton habló desde el aeropuerto de Dublín antes de comenzar
un viaje de cuatro días a Washington y Nueva York donde se reunirá con
dirigentes empresariales y políticos y hablará en la prestigiosa
Universidad de Columbia.
Aunque la visita comercial estaba prevista mucho antes de las
revelaciones de la semana pasada en Capitol Hill, Creighton dijo que los
demás ministros y ella aprovecharán cada ocasión para aclarar las
"desinformaciones" escuchadas en el Senado.
Irlanda tiene una red en marcha para extender el mensaje con
rapidez. Tras el rescate financiero de finales de 2010, creó su propia
Unidad de Mensajes Económicos para coordinar las comunicaciones entre
todas las agencias gubernamentales, ministerios y embajadas.
Las embajadas irlandesas, desde Pekín a Buenos Aires, recibieron
un argumentario la semana pasada, una práctica habitual en historias
importantes, mientras que el embajador en Washington mantuvo una
conferencia telefónica con ministerios y la agencia estatal encargada de
atraer inversiones a Irlanda para abordar los próximos pasos.
Pocas semanas después de llegar al poder en 2011, el primer
ministro, Enda Kenny, convocó a todos los embajadores en Dublín para
informarles sobre cómo mejorar la reputación de un país que dijo que
estaba bajo mínimos.
La nueva ofensiva sería similar, dijo una fuente diplomática,
añadiendo que el objetivo principal sería relacionarse con la extensa
red de contactos en el Gobierno estadounidense y en el Capitolio, donde
los políticos irlandeses y estadounidenses se reúnen para comer el día
de San Patricio.
"Las relaciones públicas son muy malas para Irlanda, porque
Irlanda y paraíso fiscal van juntos en las conversaciones en Bruselas.
No ha ayudado mucho a nuestra imagen el que la gente haga chistes en las
cenas llamando a Apple empresa irlandesa".
Aunque Irlanda centra su energía en Estados Unidos para seguir
atrayendo empleos como los de Apple, Google y Pfizer, también tendrá que
mantener su atención sobre Europa, donde su impuesto de sociedades del
12,5 por ciento ha sido muy criticado en anteriores ocasiones.
Un importante eurodiputado dijo que aunque a Dublín se le debería
dar tiempo para adaptarse, tendría que adoptar el sistema fiscal
estandarizado y en última instancia, un tipo fiscal mínimo para las
empresas.
"Irlanda debería quitar sus manos de los bolsillos de otros
países. El sistema fiscal irlandés está diseñado para fiscalizar
ingresos que han ganado otras personas", dijo Sven Giegold,
poniendo de manifiesto lo delicado que será este asunto en las
elecciones en su país, Alemania.
"Si uno quiere calentar una sala en un encuentro electoral en
Alemania, solo tienes que hablar de la evasión fiscal. Se ha convertido
en una de las cuestiones más emocionales. La gente está indignada".
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