BRUSELAS.- El representante alemán en el directorio del
Banco Central Europeo (BCE), Jörg Asmussen, ha pedido este martes que
todas las piezas de la unión bancaria -no sólo el supervisor único sino
también la autoridad única de liquidación y el fondo único de resolución
financiado con tasas de las entidades- empiecen a funcionar "en
paralelo" durante el primer semestre de 2014.
El BCE se alinea así con las tesis de Francia, España y la
Comisión y se enfrenta a Alemania. Berlín sostiene que se necesita una
reforma de los Tratados, que tardaría años, para crear una autoridad
única de supervisión y propone en su lugar una red de autoridades
nacionales.
"Queremos hacer progresos en todos los elementos de la unión
bancaria en paralelo", ha resaltado Asmussen a su llegada a la reunión
del Ecofin donde se discutirá la unión bancaria. "Es una precondición
para superar la actual fragmentación en los mercados financieros
europeos", ha proseguido y "para que los bancos vuelvan a dar créditos,
especialmente a las pymes".
"Queremos un régimen europeo único de liquidación junto con una
autoridad única de resolución y un fondo único de resolución financiado
con una tasa a la industria financiera y esto debería empezar a
funcionar en paralelo con el mecanismo único de supervisión, esperemos
que en verano del año que viene", ha sostenido el banquero alemán.
Asmussen ha confirmado que el BCE, antes de asumir las tareas de
supervisión el año que viene realizará "una revisión en profundidad de
la calidad de los activos de los bancos que supervisaremos", en
colaboración con los bancos centrales nacionales y expertos externos. El
examen cubrirá a 130 bancos de la eurozona que representan el 85% de
los activos bancarios, ha señalado.
El BCE quiere además que se adelante a 2015, en lugar de 2018 como
defienden la mayoría de los Estados miembros, la entrada en vigor de la
nueva norma que obligará a los accionistas y acreedores, y no a los
contribuyentes, a asumir pérdidas en caso de quiebra.
A juicio de Asmussen, la UE debe establecer un "orden claro": los
primeros en asumir pérdidas serán los accionistas, luego los tenedores
de preferentes y deuda subordinada, a continuación los bonistas sénior y
finalmente los depositantes con más de 100.000 euros. "Esto significa
que queremos establecer una preferencia clara para los depositantes", ha
apuntado, resaltando que los pequeños depositantes estarán protegidos
en todos los casos.
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