miércoles, 1 de mayo de 2013

El Gobierno español dice que reducir el déficit aún es la prioridad económica

MADRID.- El Gobierno español podría haber rebajado su tono sobre la austeridad, pero su prioridad para la economía sigue siendo reducir el déficit presupuestario más que estimular el crecimiento, mostró un documento oficial enviado a Bruselas.

"El compromiso de España con la estabilidad presupuestaria hace imposible la instrumentación de políticas fiscales expansivas, de forma que los impulsos favorables al crecimiento deberán provenir en su mayor parte de las ganancias de competitividad", dijo el Gobierno en un documento que actualiza el programa de estabilidad entre 2013 y 2016.
Con el visto bueno de Bruselas, el Ejecutivo relajó la semana pasada hasta 2016 sus objetivos de reducción del déficit en un intento por dar aire a una economía que se contraerá este año más de lo esperado inicialmente, según las previsiones oficiales.
A lo largo de la crisis de deuda europea, España ha implementado estrictamente los recortes presupuestarios, subidas de impuestos y reformas estructurales que ha pedido Bruselas, aunque a costa de ver una contracción de su economía y una tasa de paro del 27 por ciento.
Esto lo convierte en un caso paradigmático del cada vez más tirante debate europeo de hasta dónde llegar con las medidas de austeridad en un momento en el que el crecimiento económico sigue sin despegar.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un defensor de la austeridad en su primer año en el poder, ha intentado desde febrero encontrar una vía intermedia entre los partidarios de la austeridad y del crecimiento.
Públicamente se ha alineado con su homólogo francés François Hollande para pedir más estímulos en Europa, y se prevé que se reúna con el nuevo primer ministro italiano, Enrico Letta, la próxima semana para hablar de maneras de reactivar el crecimiento.
Pero en el documento de 98 páginas colgado el martes por la noche en el sitio web del Ministerio de Economía, el Gobierno parece estar más cerca de la canciller alemana Angela Merkel al comprometerse a no separarse de la disciplina fiscal.
El plan, enviado previamente a la Comisión Europea, detalla nuevas medidas de austeridad para 2013 por valor aproximado de 3.000 millones de euros, que se obtendrían en gran parte a través de impuestos sobre energía, y una reforma de las políticas activas y pasivas de empleo.
"Incluirían unos 800 millones en medidas de imposición sobre consumos que presentan mayores externalidades negativas, otros 1.000 millones en la mejora de la coordinación de las políticas activas y pasivas de empleo y finalmente otros 800 millones derivados de medidas adicionales de ahorro de gasto", añadió.
En su afán por cumplir con la nueva meta de déficit del 6,3 por ciento este año, el Gobierno ofrece como garantía realizar nuevos ajustes si después del verano aprecia alguna desviación.
"Como garantía adicional, si en el mes de septiembre de 2013 el Gobierno identificara alguna desviación en la ejecución presupuestaria, se adoptarían nuevas medidas de no disponibilidad presupuestaria para cumplir los objetivos presupuestarios", dijo el Gobierno.
El Ejecutivo se compromete a aprobar "automáticamente" nuevas medidas hasta 2016 en caso de que haya una desviación de la senda de consolidación fiscal.
"Si en cualquiera de estos años (desde 2013 hasta 2015 incluido) se evidenciara la necesidad de adoptar más medidas para alcanzar los objetivos presupuestarios proyectados, el Gobierno lo hará automáticamente", dijo el Gobierno en el documento, que no recoge 2016 en su tabla de medidas debido a que está fuera de la actual legislatura.
El plan añadió que se usaría cualquier crecimiento extraordinario a reducir el déficit.
"Como elemento adicional de la estrategia fiscal, el Gobierno se compromete a invertir principalmente los efectos de un crecimiento por encima del esperado en reducción del déficit público", dijo.

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