MADRID.- El producto interior bruto (PIB) de España encadenó su
séptimo trimestre de contracción entre los meses de enero y marzo de
este año al continuar la debilidad de los componentes internos de su
economía, que solo sigue respaldada por el sector exterior.
El Instituto Nacional de Estadística dijo en
base a datos preliminares que el PIB del país se contrajo un 0,5 por
ciento intertrimestral entre los meses de enero y marzo, frente a una
caída del 0,8 por ciento del trimestre anterior.
En términos interanuales, la contracción del primer
trimestre alcanzó el 2,0 por ciento desde el 1,9 por ciento del cuarto
trimestre de 2012.
Según la oficina de estadística, este resultado es
consecuencia de una aportación negativa de la demanda nacional, que es
compensada parcialmente por la aportación positiva de la demanda
externa.
"Estas cifras estaban anticipadas. Ahora el debate está
centrado en si las nuevas previsiones del Gobierno se cumplirán o no",
dijo José Luis Martínez, estratega de Citigroup.
"A favor de sus previsiones, está la mejora de los
mercados pero esto no se está traduciendo en un avance de la economía
real. En contra, existe el riesgo de que esta mejoría de los mercados
sea temporal", agregó Martínez.
La prima de riesgo española, medida por el diferencial
entre los rendimientos del bono español y alemán a 10 años, ha bajado
hasta los 294 puntos básicos, un nivel que no se veía desde principio de
febrero de 2012.
El Gobierno español ha argumentado en distintas
ocasiones que la mejora de la prima de riesgo es un factor de respaldo
para la economía del país al suponer un menor coste de financiación para
el Estado.
"Todos los indicadores apuntan a una recuperación y la
economía española está mucho mejor que el año pasado", dijo el
ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.
Las cifras del INE, coinciden con las divulgadas recientemente por el Banco de España en base a sus previsiones.
En aquel entonces, el servicio de estudios del Banco de
España indicó que la demanda interna retrocedió aunque a menor ritmo
que en el trimestre anterior, mientras que la demanda exterior tuvo una
contribución neta positiva, pero inferior a la del trimestre anterior en
un contexto en que las ventas al exterior se vieron limitadas por la
recesión en Europa.
"La clave ahora es si se va a ayudar o no al crédito y
en este sentido se espera con expectación la decisión del BCE", dijo
Estefanía Ponte, directora de estrategia y economía de Cortal Consors.
"En líneas generales, creemos que el consumo no lo va a
hacer muy bien este año, y que la inversión en bienes de equipo tendrá
un comportamiento menos negativo", agregó Ponte.
El pasado viernes, el Gobierno español revisó a la baja
sus estimaciones de crecimiento para este y el próximo ejercicios,
empeorándolas hasta el -1,3 por ciento desde el -0,5 por ciento anterior
para 2013 y recortando sus previsiones de crecimiento hasta un +0,5 por
ciento desde el +1,2 por ciento de su anterior proyección para 2014.
Algunos analistas creen que confiar la recuperación de
la cuarta economía del euro en el sector exterior es arriesgado en un
momento en que importantes clientes comerciales de España en la región
también atraviesan una situación económica delicada, como es el caso de
Francia, Italia y, en menor medida, también Alemania.
"Hay un exceso de voluntarismo al confiar en el sector
exterior como elemento dinamizador de la economía española, teniendo en
cuenta que esto tiene que ver con la atonía de la demanda interna y que
la continuidad del buen tono de las exportaciones no está asegurada ante
la debilidad de nuestros principales socios comerciales del euro", dijo
Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.
El Banco de España confirmó que continúa la
mejoría de la balanza comercial del país, con resultado de un descenso
de su saldo deficitario.
Esta evolución permitió en febrero una reducción del
déficit corriente del 22 por ciento interanual hasta los 1.303 millones
de euros.
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