La prensa sabemos que está
concentrada y sirve los magnates globales en escala global. Quieren y
creen que pueden hacer y deshacer reputaciones, manipulando información
y calumniando con medias verdades. Reuters, ya sabemos interviene con
esa intención en los asuntos de la OMC, porque Pascal Lamy, Directos
General de la OMC, figura en la junta directiva de su casa matríz, la
Thomson Reuters Corporation (06/12/2009, thomsonreuters).
Esta última vez es un despacho de
Reuters fechado en Brasilia, del 01/05/2013. Allí se intenta disminuir
al brasileño Acevedo, el candidato que ha llegado con mayor apoyo a la
final de la elección para asumir por la Secretaría General de la OMC.
Reuters tiene razón cuando dice que aunque ambos candidatos provienen de
Latinoamérica, representan posturas diferentes sobre el libre comercio.
Roberto de Azevedo es un hábil
negociador de consensos, como reconoce Reuters, que es la base del
procedimiento multilateral de la OMC y de los demás organismos
internacionales. El mexicano Herminio Blanco su rival, que llegó ayudado
por una irregularidad cometida por países europeos durante la selección
de candidatos, representa el bilateralismo, que es lo contrario del
multilateralismo.
Reuters alega que “Estados Unidos,
Japón, China, Corea del Sur y otros países han reclamado por la decisión
de Brasil de subir los aranceles”. Reuters manipula la verdad. China,
que es el principal cliente comercial de Brasil no protestó. De acuerdo
con las normas de la OMC, Brasil tiene el derecho de subir aranceles
hasta el límite consolidado en los acuerdos. Por eso la cosa sobre sus
aranceles aplicados no pasó de palabrerío diplomático. Pero, además,
venir a recordar la política comercial de Brasil y bajo una enfoque
arbitrario, es completamente irrelevante.
En la OMC cada país continúa con su
política comercial dentro de los límites concedidos en acuerdos
multilaterales. El papel del Director General de la OMC es escuchar para
buscar convergencias y administrar el foro con respeto de las
diferentes políticas económicas y comerciales nacionales. El papel de
Azevedo en la Dirección General va a ser ese y para eso tiene el
prestigio y la capacidad técnica y la experiencia.
Reuters en su despacho sesgado,
quiere asumir que la apertura comercial es una virtud indiscutible y
generalmente practicada; algo falso completamente. En realidad ninguno
de los países desarrollados la practica en su comercio exterior. La
prueba más flagrante es en la agricultura, donde el proteccionismo y los
subsidios de Estados Unidos y la Unión Europea distorsionan el
comercio. ¿Es que Estados Unidos o la Unión Europea permiten, por
ejemplo, la importación de azúcar? Es un producto en que los países del
trópico tienen una ventaja absoluta y un insumo que no es perecedero. ¿O
qué hay del 600% del arancel en Japón al arroz? En la OMC se admite el
derecho a preocuparse primero por el bienestar de sus ciudadanos.
Esto último es lo que ignora el Sr.
Blanco, cuya experiencia es grande en firmar acuerdos de apertura y
sumisión ya preparados por la contraparte. Esa apertura, encarnada en el
NAFTA, desarraigó a tres millones de campesino mexicanos que no podían
competir con los subsidios agrícolas de EE UU. El Sr. Blanco renunció en
NAFTA al derecho, que reconoce la OMC, de imponer medidas
compensatorias contra esos productos subsidiados. El Sr. Blanco aceptó
en NAFTA cláusulas en Propiedad Intelectual que prolongan las patentes
farmacéuticas más allá del límite acordado en la OMC, con grave
perjuicio de la salud pública de su país. La nueva guerra civil
mexicana, con 40 mil muertos al año, es parte del desastre social
causado por el NAFTA de quien el Sr. Blanco está tan jactancioso. Su
presencia al timón de la OMC sería la continuación de la estéril
política del Sr. Lamy: tratar de imponer una política a favor de las
transnacionales, que acabe con la industria local y precarice el empleo
en todos los países, desarrollados y en desarrollo, que es el fondo de
la doctrina neo-liberal.
Roberto de Azevedo encarna en
cambio la visión de una política de negociación multilateral, como
corresponde a la OMC, que con neutralidad ideológica debe avanzar hacía
un futuro basado en un desarrollo económico armónico y equilibrado.
Conclusión
Las manipulaciones de la prensa
masiva pueden influenciar a los legos, pero en la OMC la designación la
hacen los países. Hoy quedan pocos que no tengan expertos en las
políticas, objetivos y reglas de la OMC y saben lo que desean en ese
foro de negociación. Sólo la opacidad del modo de elección puede
escamotear la designación de Azevedo como la persona adecuada. Lo
contrario es el suicidio de la OMC, como organismo multilateral.
(*) Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad
de Florencia. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas
Internacionales en Ginebra.
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