NUEVA YORK.- La directora gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha defendido las reformas
emprendidas por países como España e Italia para remontar una crisis en
la economía mundial, "adicta" a los años de bienestar y comodidad, que
necesita "desengancharse" de manera gradual y con decisiones correctas.
En una entrevista al diario 'The New York Times', Lagarde asegura
entender las críticas a la organización internacional por su papel de
"apagafuegos" y reconoció que el FMI tiene todavía reformas pendientes
en lo que se refiere a la reforma de su sistema de gobierno y sistema de
cuotas. "Ahí nos hemos quedado atascados. Creo que a todo el mundo le
gustaría completar el proceso. Lleva ahí colgando mucho tiempo",
explicó.
La directora gerente del FMI asegura que no tiene nada que
lamentar sobre la gestión de la crisis del euro. "La eurozona fue
construida de tal manera que no podría haber resistido las consecuencias
sistémicas derivadas de cualquier otra aproximación al problema",
explicó, "y me complace ver que, quizás gracias un poco a lo que hicimos
y dijimos, han construido finalmente un cortafuegos".
Sobre las quejas sobre el intervencionismo de la organización,
Lagarde adoptó una postura de resignación. "Parece que nuestro destino
es que nos critiquen y que nos vean como una fuerza negativa, (pero)
intervenimos cuando ninguna otra herramienta, método o coalición
política es capaz de resolver la situación. Somos un apagafuegos. Somos
los médicos. Y la medicina que recetamos no gusta. Es nuestro destino",
indicó.
En breves declaraciones sobre las reformas económicas de los
países del sur, Lagarde se limitó a constatar los cambios adoptados por
los Gobiernos español e italiano.
"Ambos han reestructurado sus mercados laborales a pesar de los
intrincados intereses y una especie de férreas tendencias culturales.
Aun así, las reformas han comenzado", declaró Lagarde, quien puntualizó
que la situación económica de ambos países "no tiene nada que ver" con
la crisis que atraviesa Grecia.
Finalmente, Lagarde valoró en una sola palabra el estado de la
economía mundial tras años de bonanza: "Adicta". Ante la pregunta sobre
el mejor método para "desintoxicarse", la directora defendió una
política basada en una recuperación "gradual, y anunciada
correctamente".
"Al mismo tiempo, es necesario que otros tomen las decisiones
correctas en medidas estructurales, fiscales y de crecimiento, que
recojan el testigo de los bancos centrales. Eso debería funcionar",
concluyó.
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