BRUSELAS.- ¿Sabía que la corbata es una prenda originaria de Croacia? En ese
país mediterráneo la consideran una de sus señas de identidad y aseguran
que el gentilicio «croata» toma su nombre del francés «cravate». Esa es
una de las aportaciones del nuevo estado a la Unión Europea. En Madrid
se va a instalar una corbata de grandes dimensiones para celebrar la
incorporación de Croacia a la UE.
El país número 28 de la UE, ultima los festejos para su entrada en la
Unión Europea y los mientras sus ciudadanos lo viven con cierto
entusiasmo y con la idea de que ocupan el lugar que le pertenece entre
las naciones europeas. Las medidas de austeridad impuestas por Bruselas
en varios países, la crisis de la eurozona y la desafección ciudadana
hacia el proyecto europeo, hace que los croatas no crean que su vida
vaya a mejorar con la entrada en el bloque.
Aun así, los ciudadanos están convencidos de que las reformas que ha
exigido Bruselas a lo largo de una década han mejorado el país. Lo
piensan dos tercios de los croatas . De momento no creen que mejore su
situación económica. Croacia está en recesión desde 2009 con un paro del
21%.
En Zagreb todo está preparado para celebrarlo a lo grande. En la
plaza Ban Jelacicla de la capital croata están izadas las banderas de Croacia y
la UE. En esa plaza no estará la canciller alemana, Angela Merkel, pero
a la celebración asistirán 170 responsables extranjeros, entre ellos el
presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de
la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, seis presidentes, ocho
primeros ministros de la UE, ocho jefes de estado y cuatro líderes de
Gobierno de los Balcanes.
El país entrará en la UE durante la medianoche del domingo al son del
«Himno a la alegría» que entonarán de forma simultánea coros en las
principales plazas de Zagreb, Split, Osije, Dubrovnik y Rijeka con unos
700 artistas.
La entrada de Croacia, supone mover las actuales fronteras de la UE.
En la de Bregana (Eslovenia), desaparecerán las barreras fronterizas que
se desplazan a Bajakovo, en el límite con Serbia. Para el presidente
Ivo Josipovic, «las instituciones croatas, la democracia, los derechos
humanos, los derechos de las minorías, la adaptación a la cultura y la
tradición europeas, el espacio cultural y científico, la cooperación con
los países de la OTAN y la ONU, todo eso está en un nivel que no se
puede comparar con hace cinco o diez años».
El historiador croata, Tvrtko Jakovina, resume lo que sienten la
mayoría de los croatas en este momento «una Europa unida, es una zona de
prosperidad y paz, un ambiente deseable para un pequeño país periférico
como Croacia».
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