sábado, 1 de junio de 2013

París y Berlín promueven cambios en el liderazgo de la zona euro


BRUSELAS.- Francia y Alemania han puesto todo su empeño en la creación de un presidente permanente para dirigir la política económica de la zona euro, un papel que marcaría un cambio fundamental sobre cómo se maneja la moneda del bloque.

El esfuerzo pone en entredicho el desempeño del ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, quien fue designado en enero presidente del Eurogrupo, integrado por los ministros de Finanzas de las 17 naciones del área monetaria, para un periodo inicial de dos años y medio.
Dijsselbloem, quien reemplazó al primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, ha inquietado a los mercados financieros después de asumir su cargo, especialmente por comentarios sobre Chipre y en torno a los depositantes en los bancos para que financien futuros rescates financieros.
Esos puntos de vista, aunque respaldados por algunos en el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, han enojado a funcionarios en París, Berlín y Bruselas.
En un encuentro en París el jueves, el presidente François Hollande y la canciller Angela Merkel acordaron proponer a otros líderes del bloque la designación de un jefe permanente del Eurogrupo, algo que Francia favorece desde hace algún tiempo.
"Un presidente a tiempo completo del Eurogrupo con poderes reforzados, incluyendo la posibilidad de delegar poder a otros ministros de la zona euro", sería la "contribución" conjunta a la próxima cumbre de la UE en junio bajo el título de "Reforzando la gobernaza y legitimidad de la zona euro".
El portavoz de Merkel dijo que el objetivo era crear una posición para que tenga un enfoque más dedicado a los asuntos de la zona euro.
"No debería ser un ministro de Finanzas de la zona euro sino un presidente cuyo trabajo sería coordinar intensivamente las tareas", dijo Steffen Seibert. "Será un trabajo muy exigente".
El documento franco-alemán dice que la propuesta debería ser implementada dentro de dos años. Indica también que los líderes de la zona euro deberían sostener cumbres con más frecuencia que las dos sesiones anuales que actualmente celebran y tener la capacidad de poder instruir a ministros especializados del bloque para que trabajen más intensamente en temas como el empleo, asuntos sociales, investigación e industria.
Ambas propuestas podrían ampliar la brecha entre el núcleo de la zona euro y otros estados miembros de la Unión Europea que no forman parte del bloque monetario y dan prioridad al gobierno nacional en lugar de la Comisión Europea.
Cuando fue designado, Dijsselbloem, de 47 años, sólo había sido ministro durante un par de meses y tenía poca experiencia en finanzas. Pero era considerado como el mejor candidato disponible entre los 17 ministros que forman el Eurogrupo.
Su estilo ha sido notablemente diferente al de Juncker, quien mantuvo el cargo durante casi ocho años y estaba acostumbrado a las negociaciones entre bastidores de la política de la Unión Europea. Juncker dijo una vez que "cuando las cosas se ponen serias, hay que mentir".
Dijsselbloem, por otra parte, dice las cosas directamente pero su discurso franco, especialmente en torno a Chipre, es lo que más ha desestabilizado a los mercados y encendido los nervios entre los líderes de la UE.
"En realidad no se ha cubierto de gloria", dijo un funcionario de Francia después de que Dijsselbloem dijo en una entrevista que los depósitos bancarios no asegurados podrían utilizarse para financiar los bancos en futuros rescates, de una manera similar a la Chipre.
"Como habría dicho (el ex presidente francés) Jacques Chirac, perdió una buena oportunidad para callarse", agregó.
En declaraciones durante una visita a Grecia, Dijsselbloem dijo que la zona euro no necesitaba por ahora de un jefe permanente del Eurogrupo, aunque la cuestión podría ser reexaminada a fines del 2014.
"El Eurogrupo está ahora funcionando bajo mi presidencia y me sentiré feliz de hacerlo hasta finales del 2014", dijo a periodistas en Atenas, agregando que no se sentía insultado.
Si se fuera a crear un presidente permanente del Eurogrupo probablemente se necesitaría cambiar el Tratado de la UE, algo que sólo se lograría con el transcurso del tiempo, lo que sugiere que si la idea ganara impulso, Dijsselbloem cumpliría su periodo de dos años y medio en el cargo.
Uno de los beneficios de tener un presidente permanente es que el trabajo se basaría en Bruselas con su propio secretariado y no respondería a un parlamento nacional.
Tal como funciona ahora, Dijsselbloem tiene que informar al parlamento holandés antes de cada encuentro del Eurogrupo, una obligación que puede limitar la privacidad y espacio de las discusiones del Eurogrupo.
Igualmente, el cuerpo técnico de Dijsselbloem tiene su sede en La Haya, lo que dificulta coordinar el mensaje político con los funcionarios de Bruselas.
"La cosa más importante para un jefe del Eurogrupo es que discute temas en su grupo -cuando uno hace eso en público las puertas podrían cerrarse muy rápidamente", dijo un funcionario importante de la UE involucrado en decidir la posición.
"El debate termina cuando uno es muy abierto o muy cándido", afirmó.

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