MADRID.- El Banco de España ha reclamado a las agencias
de calificación crediticia que expliciten "con mayor detalle" las
puntuaciones de los diferentes factores y componentes que tiene en
cuenta cuando decide variar el rating de un país, según recoge en su
boletín económico de los meses de julio y agosto.
La institución considera que sería de interés que las metodologías
de agencias como Standard & Poor's (S&P), Moody's o Fitch
contuvieran "un grado mínimo de especificación, sistemática y
cuantificación de los efectos esperables" que tiene sobre los ratings
que un país se acoja a un programa del Fondo Monetario Internacional
(FMI) o de apoyo externo multilateral en general.
En esta línea, defiende que sería "conveniente" que las
metodologías de estas agencias incluyan una diferenciación según el tipo
de programa acordado con el FMI, pues destaca que no son equiparables,
por ejemplo, una línea de crédito flexible o un acuerdo precautorio y un
programa convencional en el que el desembolso de la financiación
prevista dependa del cumplimiento de determinadas condiciones.
El organismo dirigido por Luis María Linde explica que con la
información disponible se constata que en los últimos treinta años los
ratings soberanos de los países que han firmado programas con el FMI son
"diversos" y no se circunscriben a los de baja o muy baja calidad
crediticia. De hecho, apunta que los ratings de grado de inversión son
"apreciables, en particular un año antes de la firma de los programas".
En este sentido, añade que los ratings medios se sitúan en los
escalones altos del grado especulativo, y resalta además que en el
período más reciente de crisis 2008-2012 la necesidad de firma de
acuerdos con el FMI se ha extendido a países con mejores ratings
iniciales, algunos de ellos países avanzados.
Asimismo, el Banco de España apunta que existe una "gran
heterogeneidad" en la evolución de los ratings una vez firmado el
acuerdo, aunque reconoce que hay algunos aspectos comunes. En concreto,
subraya que los ratings soberanos de los países con programas tienden a
variar más de lo que lo hacen los de los países con nota similar que no
han firmado programas, tanto en el año anterior como en años posteriores
a la firma.
Además, apunta que la firma de programas viene precedida por un
empeoramiento de los ratings, un comportamiento que se ha exacerbado
durante la actual crisis, pero que el deterioro de los ratings tiende a
frenarse en el año siguiente a la firma, con promedios de variación
menos negativos.
"De acuerdo con ello, para las agencias de rating, los programas
del FMI habrían desempeñado, en términos generales, un papel de
amortiguadores del deterioro de la solvencia soberana de los países,
aunque durante la actual etapa de crisis han seguido predominando muy
claramente los empeoramientos de rating sobre las mejoras, a la inversa
de lo sucedido hasta 2007", agrega.
Asimismo, remarca que históricamente hay una tendencia a que los
ratings sean más elevados tres años después de la firma del programa, e
incluso que un año antes, pero subraya que esta circunstancia no se está
verificando durante la actual crisis. "Por consiguiente, la situación
económica global específica en que se inscribe la petición de un
programa con el FMI es un factor que afecta de manera significativa a
los resultados esperables del programa en términos de rating",
apostilla.
En resumen, el Banco de España señala que el análisis de los
ratings en los países con programas del FMI apuntaría a un cierto
carácter estabilizador de los mismo, "si bien los resultados no son muy
taxativos". Sin embargo, afirma que esta conclusión tentativa no
invalida la necesidad de seguir perfeccionando tanto el diseño y la
ejecución de dichos programas como su tratamiento metodológico en las
evaluaciones soberanas de las agencias de rating.
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