MADRID.- La economía española cayó un 0,1% en el
segundo trimestre, frente a la caída del 0,5% en el primer trimestre, y
en tasa interanual registró un descenso del 1,8%, dos décimas menos,
según el Banco de España, que ha destacado que el PIB moderó
"significativamente" su ritmo de contracción por segundo trimestre
consecutivo.
En su boletín económico de los meses de julio y agosto, la
autoridad monetaria atribuye la desaceleración en la caída del PIB a la
"fortaleza" de la demanda exterior neta, que aportó 0,4 puntos al
crecimiento del PIB (tres décimas más), sustentada en el repunte de las
exportaciones, propiciado a su vez por un mayor dinamismo de los
mercados mundiales tras la ralentización de los meses iniciales del
ejercicio.
Por su parte, la demanda interna "suavizó muy ligeramente" su
contracción, con una caída del 0,6%, una décima menos que en el
trimestre anterior, en un entorno en que el gasto de familias y empresas
habría seguido acusando los efectos contractivos de las condiciones
financieras adversas, el desendeudamiento y la consolidación
presupuestaria, así como la incertidumbre sobre la evolución de la
economía que afecta a las decisiones de consumo e inversión.
En este contexto de cierta mejoría, el Banco de España destaca que
la mejora de los indicadores coyunturales que se ha apreciado
recientemente apunta hacia una evolución de corto plazo "algo más
favorable" que la proyectada hacia unos meses, si bien advierte de que
la persistencia de los anteriores efectos sobre el gasto de los agentes
sugiere que las perspectivas de medio plazo para la economía española
"no han cambiado sustancialmente".
Así, afirma que el consumo de los hogares prolongó su tónica de
debilidad en el segundo trimestre del año y estima que habría
experimentado una descenso intertrimestral del 0,4% en este periodo, en
línea con el registrado en el primer trimestre.
Por su parte, el empleo también moderó su ritmo de descenso,
estimando el Banco de España un retroceso interanual de la ocupación del
4% en el segundo trimestre, medio punto menos que en el trimestre
precedente, mientras que en tasa intertrimestral habría descendido un
0,3%, la tasa "menos desfavorable" de los dos últimos años.
De su lado, la remuneración por asalariado en las ramas de mercado
habría descendido un 0,6%, frente al 0,9% del primer trimestre, lo que,
junto con la evolución de la productividad, habría determinado una
ligera desaceleración en la senda de caída de los costes laborales
unitarios, cuyo ajuste sigue siendo "sustancial".
En cuanto a la evolución de los precios, el Banco de España prevé
que el ritmo de moderación del IPC se intensifique en la segunda mitad
del año desde el 2,1% que alcanzó en junio como consecuencia, sobre
todo, de la desaparición del efecto base al que dieron lugar las subidas
de los tipos de la imposición indirecta y de los precios regulados de
algunos bienes y servicios adoptados en el segundo semestre del año
pasado.
Por el lado de la inversión, las de bienes de equipo habría
experimentando en el segundo trimestre una "cierta suavización" del
ritmo de descenso interanual y, en términos intertrimestrales, habría
crecido un 0,3%, mientras que la inversión en construcción no
residencial se habría reducido nuevamente por el mayor impacto de los
planes de austeridad sobre los proyectos de obra civil.
El Banco de España resalta también que el aumento de la
inestabilidad en los mercados financieros a partir de la segunda mitad
de mayo provocó incrementos en las rentabilidades de la deuda pública
española y en sus diferenciales respecto a los bonos alemanes. A su vez,
añade, las primas de riesgo repuntaron y el Ibex mostró una "gran
volatilidad".
A pesar de esta mayor tensión financiera en la parte final del
trimestre, la autoridad monetaria señala que continuó fluyendo la
financiación exterior, aunque en menor cuantía que en los meses
iniciales del año, y la demanda de títulos del Tesoro mantuvo un "cierto
dinamismo".
No obstante, apunta que los tipos de interés del crédito bancario
experimentaron un incremento adicional y las condiciones de acceso a la
financiación del sector privado no dieron, en conjunto, signos de
relajación, lo que indica, a su juicio, la "persistencia de
fragmentación financiera de la zona euro, que obstaculiza la transmisión
completa del tono expansivo de la política monetaria a los tipos de
interés que aplican los bancos a las sociedades no financieras y a las
familias".
Por último, acerca de la evolución del proceso de consolidación
presupuestaria, el Banco de España indica que la información parcial
correspondiente al segundo trimestre (hasta mayo) muestra una
continuación de la senda de reducción de las principales partidas de
gasto y de la inversión pública, así como una cierta aceleración de los
ingresos públicos, menos significativa en la imposición directa y en las
cotizaciones sociales.
A pesar de esta mejora, afirma que las medidas adoptadas por las
administraciones públicas de cara al cumplimiento de los objetivos de
déficit (del 6,5% este año) tendrán que plasmarse en una "aceleración
adicional" de los ingresos públicos, así como un mantenimiento del
ajuste del gasto público.
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