BRUSELAS.- La Unión Europea ha reclamado este martes que
el crecimiento y el empleo sean la "prioridad" en la agenda de la cumbre
del G-20 que se celebrará en San Petersburgo los días 5 y 6 de
septiembre, que también debe servir para avanzar en las reformas del
sector financiero internacional.
"El crecimiento y el empleo en Europa siguen siendo débiles y por
ello deberían ser nuestra principal preocupación en la cumbre de San
Petersburgo", han dicho los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van
Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, en una carta
conjunta dirigida a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
Los líderes del G-20 deben aprobar un "plan de acción" que
contenga un "paquete concentrado de medidas que impulsen un crecimiento
equilibrado y la sostenibilidad", reclaman Barroso y Van Rompuy. La
aportación de la UE serán las medidas recientemente adoptadas para
combatir el paro juvenil, facilitar la financiación de las pymes y
avanzar en la unión bancaria, así como proseguir en las reformas y la
consolidación fiscal.
El resto de las economías del G-20 también deben, según la UE,
seguir aplicando reformas para aumentar la competitividad, así como
"promover políticas que conduzcan a un reequilibrio de la economía
internacional y hacer su parte para construir una recuperación global
sostenible".
"En este sentido las grandes economías con superávit deberían
considerar tomar más medidas para impulsar las fuentes domésticas de
crecimiento y los países con déficit deben aumentar su competitividad
externa", apuntan Barroso y Van Rompuy.
Al mismo tiempo, la UE reclama al resto de sus socios que elaboren
"estrategias de consolidación fiscal ambiciosas y creíbles para después
de 2016 y situar la deuda en una senda sostenible. "A este respecto,
EEUU y Japón deberían continuar aplicando o poner en marcha planes de
consolidación fiscal a medio plazo creíbles", afirman los representantes
europeos.
Por lo que se refiere al sector financiero, la carta sostiene que
la UE ha cumplido todos los compromisos asumidos en el G-20 y que en
2014 estarán ya en vigor la mayoría de las reformas previstas y pide a
los demás países "un compromiso renovado de aplicación eficaz y a
tiempo".
En particular, Barroso y Van Rompuy quieren que se apliquen las
reformas para reforzar el capital de los bancos y reducir los riesgos
sistémicos y el problema de los bancos "demasiado grandes para quebrar".
En este sentido, reclaman la puesta en marcha de sistemas de
liquidación eficaces.
Finalmente, la UE quiere que el G-20 realice progresos en el
combate contra el fraude y la evasión fiscal, así como en la lucha
contra la corrupción, el desarrollo y la energía.
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