MADRID.- Las tensiones políticas de Italia despertaron el miedo a que
la crisis de deuda pudiera volver otra vez a azotar con fuerza a
Europa. La dimisión en bloque de los ministros del partido de Silvio
Berlusconi dejando contra las cuerdas al Gobierno de coalición de Enrico
Letta provocó inicialmente una oleada de ventas en los mercados de
deuda de la eurozona, que llevó incluso a la prima de riesgo italiana y a
la española a los 290 y los 275 puntos básicos, respectivamente.
¿Déjà vu? No, por lo menos en España. El repunte inicial del diferencial español fue suavizándose durante la sesión, al entender el mercado que el Ejecutivo italiano aguantará y cerró incluso con un descenso de seis puntos, hasta los 252 puntos básicos. La
brecha entre España e Italia se amplió, por tanto, a 13 puntos, frente a
los 5,4 puntos básicos de distancia a la que cerraron el pasado
viernes.
La incertidumbre que generó en los mercados el futuro
incierto de la política italiana fue una auténtica prueba de fuego para
España. Una manera de calibrar si la relajación que experimenta nuestra
deuda en lo que va de año -la prima ha caído desde los 395 a los acuales 252 puntos básicos-
era algo ficticio o fruto de una creíble mejora económica. Y superó el
examen. Tras tocar los 275 puntos a primera hora del día, el diferencial
fue relajándose hasta romper la racha de cinco jornadas consecutivas de
subidas.
El bund alemán pasó de colgarse inicialmente el cartel de
refugio a ser objeto de ventas, pero realmente quien llevó la
responsabilidad de hacer caer la prima de riesgo española fue el bono
español. "Cuando se vieron compras en el bono italiano al 4,7%, los
inversores entendieron que lo peor había pasado y se relajó nuestra
deuda", explica Miguel Ángel Paz, director de unidad de gestión de
Unicorp. Buena prueba de ello es que el interés exigido a nuestro
bono a diez años descendió desde el máximo intradía del 4,52% al 4,29%
-el viernes cerró en el 4,36%-. Recuerde que la deuda sigue una
relación inversa a las acciones: la rentabilidad del bono disminuye con
las ventas y viceversa.
La
posibilidad de que Italia tenga que convocar nuevas elecciones
generales solo seis meses después de los últimos comicios fue perdiendo
fuerza, provocando la vuelta de los inversores a la deuda de los países
periféricos. En todos menos en Italia. La crisis política dejó a la
prima de riesgo transalpina en los 265,3 puntos, desde los 263,8 puntos
del viernes, después de que el bono italiano a 10 años escalara del 4,41
al 4,431%. Lejos, no obstante, del interés del 4,65% que llegó a exigir el mercado a la deuda italiana en algún momento de la sesión.
Al margen de lo que ocurrió con la deuda italiana, el
termómetro del riesgo del resto de los países periféricos recogió
positivamente la percepción de que la crisis política no se agudizará. La prima de riesgo de Grecia descendió cerca de 15 puntos, hasta los 754,5 puntos básicos, mientras que la portuguesa se relajó desde los 505,9 a los 489,6 puntos básicos. En el caso de Francia, cuya bolsa fue la que más se resintió por las tensiones en Italia, la prima bajó de 56 a 54,5 puntos, según recuerda 'El Economista'.
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