MADRID. El dinero que envían los emigrantes españoles a
sus familias, conocido como remesas, sigue moderando el incremento que
empezó a experimentar en 2010. Entre enero y septiembre de este año, han
entrado en España por esta vía 4.661 millones de euros, un 2,9% más que
en el mismo periodo de 2012, según datos del Banco de España.
Este incremento es inferior a los registrados en 2012 y 2011,
cuando esta partida creció un 3,6% y un 6,2%, respectivamente. Además,
si se compara con el año 2010, en el que se invirtió el signo negativo y
volvieron a crecer las remesas entrantes, la diferencia es aún mayor,
puesto que en aquel año se enviaron a España 5.376 millones de euros, un
13,3% más que un año antes.
Con todo, de mantenerse el actual ritmo de envíos de dinero a
España por parte de emigrantes, la partida cerraría el año en unos 6.200
millones de euros, un 16% más que en 2008.
Además, aunque en el tercer trimestre de 2013 el dinero que ha
entrado en España procedente de las remesas ha sido inferior al que ha
salido desde el bolsillo de los extranjeros a sus países de origen, en
el segundo trimestre se invirtió esta balanza y España fue país receptor
por primera vez en la crisis.
Y es que, en paralelo, las remesas de extranjeros afincados en
España se están reduciendo, con una caída del 1,4% hasta septiembre
respecto al mismo periodo de 2012, hasta los 4.762 millones de euros.
Tomando como referencia el inicio de la crisis, la llegada
creciente de inmigrantes al país hasta 2007 había permitido una
evolución positiva de las remesas. Así, desde el año 2002 las
estadísticas del Banco de España reflejaban que las remesas de
inmigrantes habían ido creciendo de forma paulatina desde entonces.
Según las cifras de la institución, en 2002 las remesas
representaron 2.844 millones de euros, cifra que ascendió en 2003 a
3.475 millones, en 2004 a 4.189 millones, en 2005 a 4.936 millones,
hasta los 7.059 millones en 2006 y hasta los 8.445 millones en 2007.
Sin embargo, la tendencia cambió en el segundo trimestre del año
2008 por la crisis económica y el incremento del desempleo entre la
población extranjera, que hizo que las remesas cayeran un 7,1% ese mismo
año y un 9,7% en 2009.
En 2010, las remesas moderaron su caída y se contrajeron un 0,4% y
en 2011 rompieron la tendencia bajista y crecieron un 1,1%, aunque el
año pasado volvieron a caer a un ritmo del 9%.
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