ESTRASBURGO.- El pleno de la Eurocámara ha aprobado este martes de forma definitiva
-por 596 votos a favor, 31 en contra y 65 abstenciones- una norma cuyo
objetivo es acabar con los excesos en la concesión de créditos
hipotecarios como los que provocaron la burbuja inmobiliaria en España o
Irlanda y mejorar la protección de los consumidores frente a los
desahucios en caso de impago.
Los Estados contarán a partir de ahora con un plazo de dos años para
incorporar la directiva, la primera normativa europea en el ámbito
hipotecario, a sus respectivas legislaciones nacionales. La Autoridad
Bancaria Europea podrá investigar si los países vulnerar las reglas o
las aplican incorrectamente.
"Para muchas familias, una hipoteca es su mayor y más duradero
compromiso financiero. Así que necesitamos estas reglas para avanzar
hacia un mercado hipotecario de la UE que sea estable, integrado y sobre
todo sostenible, con un alto nivel de protección para los consumidores,
buena información y relaciones equilibradas entre prestamistas y
prestatarios", ha dicho el eurodiputado del PSOE, el español Antolín Sánchez
Presedo, ponente parlamentario del texto.
La directiva impide que los Estados miembros se opongan a la
dación en pago si las dos partes la acuerdan expresamente en el contrato
de crédito. Además, exige a los bancos que se muestren "razonablemente
tolerantes" en el caso de clientes con graves dificultades de pago y que
hagan "todos los esfuerzos razonables para resolver la situación" antes
de iniciar un procedimiento de desahucio.
Cuando un ciudadano deja de pagar la hipoteca, la norma exige que
la propiedad se venda por el mejor precio posible y que el banco
facilite el pago de la cantidad pendiente con el fin de evitar que los
consumidores estén sobreendeudados durante largos periodos. Así, se
prevén mínimos inembargables en salarios y pensiones.
La directiva obliga al banco a evaluar la capacidad del consumidor
para reembolsar el crédito, introduciendo por primera vez estándares a
nivel europeo. Si el resultado de la evaluación de solvencia es
negativo, la entidad deberá denegar la hipoteca.
Los bancos tendrán que entregar a los clientes un folleto
estandarizado de información sobre la hipoteca que, según Bruselas, les
permitirá comparar ofertas e identificar la más barata y que más se
ajusta a sus necesidades. El folleto deberá avisar de los riesgos
asociados con la oferta, por ejemplo si es de tipo variable o está
contratada en una divisa extranjera.
Los consumidores se beneficiarán de una mayor competencia porque
la directiva prohíbe, en términos generales, ligar la concesión de la
hipoteca a la adquisición de otro producto financiero. No obstante, este
vínculo se permitirá en algunos casos como cuando se trata de seguros o
de productos de ahorro.
La directiva reconoce el derecho de los consumidores a reembolsar
la hipoteca antes de su vencimiento. Y deja a los Estados miembros
libertad para imponer el pago de una "compensación justa" al banco. Los
consumidores se beneficiarán de un plazo de tiempo garantizado de siete
días antes de quedar vinculados por el contrato de hipoteca, mediante un
periodo de reflexión, un derecho de desistimiento o ambos.
La nueva norma pretende además crear un mercado único hipotecario
que sea más eficaz y competitivo. Para ello, se creará un pasaporte
europeo que permita a los intermediarios de crédito autorizados en un
Estado miembro ofrecer sus servicios en toda la UE, como ya ocurre por
ejemplo con los fondos de inversión. Los intermediarios tendrán derecho
además a acceder de forma no discriminatoria a las bases de datos sobre
historial de crédito de sus clientes.
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