martes, 10 de diciembre de 2013

El FMI pide a la Unión Europea un mecanismo de resolución bancaria sencillo y predecible


BRUSELAS.- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, pidió hoy a la Unión Europea (UE) que adopte medidas "fáciles y eficaces" para crear un mecanismo de resolución bancaria europeo que sea "predecible" y genere confianza.

"Urgimos a que las medidas que se adopten sean fáciles, eficaces, y reflejen un sistema predecible, consistente y coherente", dijo Lagarde en referencia al mecanismo único de resolución para bancos en problemas que el Ecofin (los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro) ultima hoy en Bruselas.
"El mecanismo supervisor europeo tiene que estar equipado con una fuente de información fácil y comprensible, porque necesitamos confianza", añadió la directora del FMI, organización que ha actuado de prestamista y supervisora en los rescates financieros a varios estados europeos.
La creación de un mecanismo y fondo únicos de resolución bancaria para la UE es una de las medidas que el Fondo viene defendiendo como prioritaria para la recuperación económica de la zona del euro, recordó Lagarde durante el pleno del Comité Económico y Social Europeo (CESE), en el que participó como invitada.
La receta del FMI para recuperar el crecimiento y el empleo en Europa pasa por cuatro puntos clave: reavivar el crédito, impulsar la demanda interna, reducir la deuda pública y privada y hacer reformas para eliminar las barreras a la inversión en el mercado europeo de productos y servicios.
Preguntada por miembros del CESE acerca de las consecuencias que las políticas de austeridad recomendadas por el Fondo han tenido sobre la situación económica y social de la población de los países en mayores dificultades, Lagarde defendió la actuación del FMI.
"Cuando llegamos la situación es ya muy dolorosa (...), se han tomado decisiones equivocadas y (el país en cuestión) no está en situación de resolverlo por sí mismo. Por eso se asocia -al FMI- con el papel de malo", señaló.
Lagarde reconoció que el FMI erró a la hora de calcular los efectos de las medidas de austeridad en el desempleo y el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) - lo que se conoce como efecto multiplicador- pero afirmó que, aún con los cálculos corregidos, sus recomendaciones no hubiesen cambiado "radicalmente".
"Como resultado nos dimos cuenta de que era necesario más tiempo para la aplicación de los programas (de rescate a Grecia y otros países)", aseveró.
De cara al futuro, insistió en la necesidad de sanear el sector financiero, incluyendo el establecimiento de una regulación "sencilla" y con capacidad sancionadora.
En este sentido, dijo que la UE va "en la dirección correcta" y se congratuló por la multa impuesta a las entidades implicadas en la manipulación del Euribor y otros índices.
La directora gerente del FMI abogó por que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su política de bajos tipos de interés para impulsar la demanda y reiteró la importancia de controlar la deuda pública y privada.
Pidió reformas en toda Europa para flexibilizar el mercado de productos y servicios, entre las que destacó una mejora en los acuerdos de fijación de salarios, menor imposición a la contratación, mayor movilidad laboral y una reducción de la burocracia.
"Por ejemplo, en los países con grandes superávit externos, las reformas deberían dirigirse a aumentar la inversión para asegurar que los recursos se invierten allí donde se maximizarán sus beneficios", señaló Lagarde en una velada referencia a Alemania.
Los elevados niveles de desempleo y el insuficiente crecimiento evidencian la persistencia de la crisis económica en Europa, advirtió Lagarde. El crecimiento sigue en niveles muy bajos y no es balanceado en el conjunto de la Unión Europea (UE), señaló luego Largarde durante una intervención en el Parlamento Europeo.
Subrayó además que la mayor parte de la demanda de bienes y servicios viene del exterior lo que deja a la economía a merced de las fluctuaciones del comercio mundial.
La directiva se refirió a los elevados índices de desocupación, situación que perjudica sobre todo a los jóvenes e insistió en la importancia de reactivar el crecimiento como única solución duradera, el cual debe venir del sector exportador y de la demanda doméstica.
Asimismo, opinó que la Eurozona debe reactivar el crédito para lo que es necesario restaurar la salud de los bancos, asegurarse de que tienen suficiente capital como para ser viables otra vez y disminuir los elevados niveles de deuda.

 Prematuro cantar victoria

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha destacado que Europa está en el buen camino para solucionar los "significativos desafíos" a los que se enfrenta y ha subrayado los importantes progresos realizados, aunque, al mismo tiempo ha advertido de que es "prematuro cantar victoria".
   "La reciente mejora en el crecimiento y la confianza del mercado no es un accidente. Mirando al inicio de la crisis, es destacable hasta qué punto Europa ha avanzado con las reformas para hacer frente a los obstáculos contra el crecimiento profundamente arragiados", afirmó Lagarde en ese discurso ante el Comité Europeo Económico y Social.
   En concreto, destacó los progresos logrados a la hora de hacer frente a los mayores desafíos, así como que han comenzado a surgir señales de crecimiento tras años de caída de la actividad y que se han disipado las dudas sobre la viabilidad de la unión monetaria.
   Además, subrayó que la situación parece estar estabilizándose en los países más golpeados por la crisis, los mercados financieros son más optimistas y el capital extranjero que huyó de Europa está comenzando a regresar.
   Sin embargo, incidió en que no pueden abandonarse las reformas hasta que el crecimiento se haya recuperado lo suficiente para detener el aumento del desempleo y la deuda. Así, recordó las palabras de Nelson Mandela que decían que "después de escalar una gran montaña, uno sólo descubre que hay más montañas que escalar".
   "Hay una sensación palpable de optimismo en algunos sectores de que la crisis europea ha terminado. Pero, ¿puede realmente haber acabado una crisis cuando el 12% de la población activa está sin trabajo? ¿Cuando el desempleo entre los jóvenes marca muy altas cifras de dos dígitos, llegando a más del 50% en Grecia y España? ¿Y cuando no hay ninguna señal de que es más fácil para la gente pagar sus deudas?", se preguntó Lagarde.
   En este contexto, remarcó que hay claras señales de que "no todo está bien" y apuntó, por ejemplo, que las tasas de crecimiento y producción están aún muy por debajo del nivel en el que deberían, así como que el crecimiento no es equilibrado en toda Europa y, por lo tanto, "podría no ser sostenible".
   Además, subrayó que la mayoría de la demanda de bienes y servicios europeos procede del exterior de Europa, dejando a la economía a merced de los vaivenes del comercio global.
   "Más allá del corto plazo, lo que es más importante y mucho más preocupante, es que lo que está en juego es el potencial de crecimiento de Europa en el futuro. Uno de los factores a tener en cuenta es que la crisis ha hecho mella grave en los jóvenes y los grupos vulnerables", alerta.
   Por ello, cree que el crecimiento debe venir no sólo de unas exportaciones más fuertes, sino también de un "recuperación robusta de la demanda doméstica, especialmente de la inversión, que se produzca en todos los rincones de Europa".
   La directora gerente del FMI apunta a cuatro pilares para esta recuperación: resucitar el crédito, apoyar la demanda, reducir la deuda e impulsar mercados de productos y laborales que sean favorables al crecimiento
Al respecto, la oficina comunitaria de estadísticas, Eurostat, reportó recientemente que las preocupaciones sobre la economía del grupo se reavivaron tras conocerse que el avance se frenó en el tercer trimestre del año.
Tal avance fue de un ligero 0,1 por ciento desde el 0,3 del período abril-junio, lo cual confirmó que la recuperación de la que algunos hablan es muy frágil y roza el estancamiento.
Analistas atribuyeron los resultados al deterioro de la economía de Alemania, con un retroceso de las exportaciones y un aumento de las importaciones, y de Francia, donde las ventas al exterior también cayeron y sobresale además la falta de competitividad.
El débil índice de construcción de viviendas, el difícil acceso al crédito, la austeridad fiscal en curso en numerosos países de la zona y la demanda interior no pueden compensar esa disminución, explicaron.

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