PEKÍN.- El primer ministro británico, David Cameron, inicia mañana lunes una visita oficial a China en la que buscará promover las inversiones del gigante asiático en el Reino Unido.
La visita, hasta el día 4 y durante la que Cameron se reunirá con el
presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang, tiene lugar
después de que el primer ministro abandonara los planes para viajar el
pasado abril, cuando desde Pekín se le transmitió que las nuevas
autoridades chinas no estarían disponibles.
Entonces el argumento oficial fue que Xi y Li debían aún
asentarse en sus cargos -habían asumido la jefatura de Estado y la de
Gobierno, respectivamente, tan sólo un mes antes-.
En la práctica congeló las relaciones
diplomáticas bilaterales, una situación que sólo cambió en mayo de este
año, cuando Cameron compareció en la Cámara de los Comunes para
declarar que el Reino Unido no apoya la independencia de Tíbet.
La congelación de las relaciones supuso un duro revés para Londres, dada
la creciente importancia de los lazos comerciales y financieros entre
los dos países.
China es el segundo socio comercial británico fuera de la Unión
Europea y se espera que el comercio bilateral supere los 100.000
millones de dólares para 2015.
Según los datos oficiales chinos, en los diez primeros meses de este
año el comercio entre los dos países creció un 7,5 por ciento y alcanzó
un volumen de 56.100 millones de dólares.
Y desde este año, las empresas chinas han invertido o planean
invertir en una decena de grandes proyectos británicos, valorados en
cerca de 5.000 millones de dólares, como la central nuclear de Hinckley
Point.
Pero un estudio del Ministerio británico de Asuntos Exteriores
encontró el pasado enero que la cuota británica de mercado en China es
de apenas un 1 por ciento.
A la luz de estos datos, el primer ministro británico aseguró en una
entrevista concedida al diario oficial "China Daily" que durante su
visita buscará una relación más profunda y fuerte entre los dos países.
"Hay una auténtica oportunidad y queremos ser parte del futuro éxito
de China", declaró el primer ministro británico, quien aludió en este
sentido al programa de reformas que el régimen ha aprobado hace dos
semanas.
Entre las inversiones chinas que Cameron quiere alentar destaca la
segunda fase del tren de alta velocidad en el Reino Unido, que conectará
Londres con las principales ciudades británicas y cuya primera etapa de
construcción, para conectar la capital con Birmingham, en el centro de
Inglaterra, está previsto que comience en 2017.
"Vamos a ver aún más cooperación en el área de infraestructuras", según el primer ministro.
Las relaciones bilaterales "deberían incluir relaciones diplomáticas
de alto nivel, relaciones comerciales y empresariales de alto nivel,
aunque sin olvidar la importancia de las relaciones entre los dos
pueblos y los lazos culturales", añadió.
La visita de Cameron se produce después de que el ministro de
Economía británico, George Osborne, visitara Pekín el pasado octubre
para participar en el V Diálogo Económico-Financiero entre los dos
países.
Durante esa visita, los dos países acordaron profundizar su
cooperación económica y financiera y mejorar su coordinación en asuntos
económicos internacionales.
El viceprimer ministro chino Ma Kai dio entonces la bienvenida al
compromiso del Reino Unido para crear condiciones favorables a la
inversión china en proyectos de infraestructura británicos, según
recogieron los medios oficiales chinos.
En una muestra de la prevalencia que para el comercio tiene la visita
oficial británica, Cameron viajará acompañado de 120 empresarios, una
cifra muy superior a la que le acompañó en su último viaje a la
República Popular, en 2011
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