jueves, 26 de diciembre de 2013

El 25% de la población urbana argentina vive en la pobreza

BUENOS AIRES. Un 25 por ciento de la población urbana argentina (unos diez millones de personas) vive en condiciones de pobreza y la marginalidad estructural afecta a uno de cada cuatro habitantes pese al crecimiento económico, según un informe difundido hoy por el Observatorio de la Deuda Social Argentina.

Pese al crecimiento continuado del PIB durante la década de gobierno del kirchnerismo, la pobreza y las desigualdades sociales perviven como males estructurales de la sociedad argentina.
Tal es el caso del empleo precario -que creció de un 32,1 por ciento en 2007 al 35,3 por ciento en 2011- o el hecho de que dos de cada diez hogares necesitasen asistencia pública permanente según los últimos datos recogidos en 2012.
El estudio del ODSA, titulado "Heterogeneidades estructurales y desigualdades sociales persistentes", sintetiza los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina para el período 2004-2012 y apunta que, pese a que la mayoría de indicadores ha ido a mejor, desde 2007 hay una importante desaceleración en la erradicación de los principales problemas sociales.
"Más de una década de crecimiento no ha sido suficiente para resolver los problemas de marginalidad estructural que afecta al menos a uno de cada cuatro argentinos", según el Observatorio, perteneciente a la Universidad Católica Argentina.
Se trata de "familias en situación de pobreza estructural que, aunque han ganado 'derechos', no pueden acceder a un empleo de calidad ni a un hábitat digno, tampoco a servicios de salud ni de educación satisfactorios", explica el informe.
Además, el 37 % de los jóvenes no logra terminar la secundaria, el 20 % no estudia ni trabaja y el 12 % de los niños de entre 5 y 17 años debe realizar alguna actividad laboral para cubrir necesidades económicas del hogar, según los datos recabados durante el último periodo de estudio.
Por otro lado, pese a que Argentina es uno de los principales productores mundiales de alimentos, uno de cada diez hogares urbanos (unos tres millones de personas) experimenta casos de malnutrición por "no disponer de los recursos económicos suficientes para acceder a los alimentos necesarios para la subsistencia".
Las últimas cifras oficiales sobre la pobreza, difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, fijan menores tasas de pobreza, de en torno al 4,7 % del total de la población (casi 450.000 hogares) para 2013, mientras que en 2003 era del 54 %.
El Observatorio señala la inflación como la principal causa de la pervivencia de las diferencias sociales, ya que según sus propios datos el alza de los precios se mantuvo alrededor del 10 % entre 2003-2006, trepó a 18,5 % en 2007, a 22,4 % en 2010 y a 25,9 % en 2012.
En cuanto a la calidad de la vivienda, en 2012 uno de cada diez domicilios no contaba con agua corriente y tres de cada diez no disponían de servicio de cloacas.
El Observatorio pone el acento en que el incremento del PIB de una nación no es incompatible con el sostenimiento o incluso el aumento de la desigualdad económica y de condiciones de heterogeneidad y exclusión social.

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