LISBOA.- El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho,
recrudeció hoy su discurso y reflejó su descontento con la troika, a la
que lanzó severas críticas y acusó directamente de "hipocresía
institucional".
En una de sus intervenciones más contestatarias desde que llegó al
poder en junio de 2011, Passos Coelho aprovechó el debate quincenal
celebrado hoy en el Parlamento luso para reprochar a los organismos
internacionales que admitan errores en los programas de ajuste acordados
con países rescatados y no acepten flexibilizarlos.
"Si la directora general del FMI -Christine Lagarde- concuerda con
que hubo fallos de partida en los programas de ajuste, el FMI debería
haber sido más consecuente y coherente, y aceptar las pretensiones que
el Gobierno portugués defendió en las negociaciones", argumentó.
El primer ministro luso admitió sentirse "extrañado" por las
declaraciones de Lagarde, quien a principios de semana reconoció durante
una intervención en el Parlamento Europeo que "era necesario más tiempo
en la aplicación de los programas" de austeridad en los países
rescatados, como es el caso de Portugal.
Passos Coelho recordó que durante los últimos meses su Ejecutivo
reclamó a la troika que relajase la meta de reducción del déficit
público para 2014 -establecida en el 4 % del PIB, un punto y medio menos
que el objetivo para 2013- con el propósito de no poner en riesgo las
señales de recuperación económica, aunque sin éxito.
"Vítor Gaspar -ex ministro de Finanzas- dijo un día que había cierta
hipocresía institucional en los organismos internacionales y no puedo
dejar de decir que él llevaba toda la razón", insistió.
El líder del Ejecutivo conservador luso reveló, asimismo, que durante
las conversaciones iniciales con la troika para acordar el programa de
ajustes exigido a Portugal como contrapartida por su rescate financiero,
su partido defendió ampliar de tres a cuatro años el plazo de este
plan.
"El anterior Gobierno -presidido por el socialista José Sócrates- ni
siquiera suscitó la cuestión al parecer", lamentó el primer ministro.
Las críticas de Passos Coelho se suman a las vertidas por toda la
oposición de izquierdas y por los sindicatos, que acusan a la troika de
imponer al país draconianas medidas de austeridad que provocan recesión y
desempleo.
Los técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el
Fondo Monetario Internacional se encuentran precisamente en Lisboa,
donde llegaron la semana pasada para llevar a cabo la décima evaluación
al cumplimiento del programa de ajustes luso.
El alcance de las reformas estructurales implementadas durante los
últimos años está en el punto de mira de la troika, que reclama
profundizarlas y recomienda mayor flexibilización en el mercado laboral,
entre otras medidas.
Portugal solicitó el rescate en mayo de 2011 y tiene previsto dejar
de encontrarse bajo la asistencia financiera internacional en junio de
2014.
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