domingo, 1 de diciembre de 2013

Tras Ucrania, hay dudas sobre la política de la Unión Europea con sus vecinos

PARÍS.- La imposibilidad de la Unión Europea de cerrar un importante acuerdo con Ucrania ha dado pie a cuestionamientos a una política diseñada para rodear al bloque de un "círculo de amigos", puesto que hasta el momento ha hecho poco por estabilizar la región.

El revés en la cumbre de la Asociación Oriental en Vilna ha sido atribuido sobre todo al débil liderazgo del presidente Viktor Yanukovich en la Ucrania postsoviética y a la presión del mandatario ruso, Vladimir Putin.
Pero algunos críticos, entre los que se cuentan uno de los arquitectos de la Política Europea de Países Vecinos, dicen que los esfuerzos de la UE por exportar su democracia y su economía de mercado a naciones del este y el sur del bloque se han visto dificultados por el desequilibrio entre las exigencias y los incentivos.
Bruselas estableció requerimientos demasiado estrictos a sus socios para que adoptaran los estándares de la UE en regulación financiera, gobierno y derechos humanos a cambio de pequeñas concesiones políticas y económicas, dijo Michael Leigh, asesor senior de German Marshall Fund, un centro de estudios internacional.
Los partidarios de la política europea siguen estando convencidos de que finalmente tendrán éxito en atraer a los vecinos de la UE a su órbita económica, considerando que los europeos tendrían la paciencia estratégica para sufrir algunas decepciones a corto plazo.
Yanukovich eludió firmar un acuerdo de asociación con la UE el martes después de que Rusia usara asuntos de energía y comercio para disuadir a la ex república soviética, que es altamente dependiente del gas ruso. Armenia rechazó el acuerdo en septiembre después de ser objeto de presiones similares.
Yanukovich dijo a los líderes de la UE que no habían ofrecido suficientes fondos para ayudar a la transición económica de Ucrania, y que habían interferido en sus asuntos domésticos al establecer como condición para el acuerdo la liberación de la líder opositora Yulia Tymoshenko.
"Para la UE, el fiasco de Ucrania y Armenia, sumado a la situación de la mayoría de los países árabes en el Mediterráneo, significa el final de un esfuerzo de diez años para establecer la Política Europea de Países Vecinos", dijo Leigh, que fue director general de la política de expansión de la Comisión Europea hasta el año pasado.
Las autoridades actuales del bloque ven las cosas con otro prisma.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo en Vilna que la oferta de la UE a Ucrania seguía estando disponible y que los europeos tendrían que "elaborar un plan" y deberían establecer un plazo para el acuerdo.
La líder alemana rechazó la sugerencia de Yanukovich de que la UE, Rusia y Ucrania deberían sentarse a negociar y generar una estrategia que ayude a Kiev a superar la profunda crisis económica del país.
El expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, expuso por primera vez la idea de crear una relación especial con los vecinos de la UE poco antes de que diez naciones del centro y el este de Europa se sumaran al bloque en 2004.
Bajo su concepción, un "círculo de amigos" desde Rusia a Marruecos habría compartido "todo a excepción de las instituciones" con la UE.
El libre comercio y los reglamentos comunes en áreas como la protección medioambiental, el sistema de justicia y la seguridad en inversión concedería a esos países los beneficios del mercado único de la UE y elevaría su atractivo para los inversores extranjeros.
Mediante una serie de acuerdos de asociación, estas naciones adoptarían reglamentos de la UE y desarrollarían estructuras de liderazgo con asistencia técnica y una baja ayuda financiera de Bruselas.
"Esto estuvo mal concebido desde el inicio y yo fui uno de los responsables", sostuvo Leigh.
"Fue definido demasiado en base al proceso de expansión pero sin el incentivo de la integración, el plan entrega pocos beneficios a cambio de reformas políticas que los gobiernos aliados de todas formas no tenían intención de llevar a cabo", declaró.
Sin el atractivo de la integración plena, la UE no ejerce el mismo encanto sobre socios con gobernantes autoritarios y élites económicas profundamente arraigadas que a menudo están en lo correcto cuando perciben las políticas del bloque como una amenaza a sus posición.
Las potencias rivales como Rusia, Arabia Saudí y Qatar abren sus carteras para superar los beneficios que ofrece la UE, sin fijar condiciones sobre democracia, independencia judicial y lucha contra la corrupción.
"En retrospectiva, la UE cometió una serie de errores graves. No era necesario ni apropiado presentar a Ucrania un Acuerdo de Libre Comercio Amplio que es muy demandante", declaró Leigh.
Argumenta que, para empezar, Bruselas debería ofrecer pactos comerciales con menos requerimientos.
Incluso los partidarios del acuerdo comercial fracasado reconocen que habría generado elevados costes de implementación para Kiev, que está en dificultades para evitar la suspensión de pagos, mientras que los beneficios económicos serían graduales.
El inicio de acuerdos de asociación con Georgia y Moldavia en Vilna fue un premio de consolación para los líderes de la UE, que esperaban la enorme recompensa de incluir bajo su esfera de influencia a Ucrania, un mercado potencial con 46 millones de habitantes.

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