NICOSIA.- El Parlamento chipriota ha aprobado este viernes la creación de un fondo de solidaridad y la instauración de restricciones para el movimiento capitales financieros, dos de las iniciativas promovidas en los últimos días para evitar el plan inicial sobre tasas a los depósitos bancarios.
Asimismo, ha dado luz
verde a un plan de reestructuración bancaria que permitirá la creación
de 'bancos malos' para salvaguardar los intereses de los pequeños
ahorradores. Las autoridades estudian ya aplicar esta división de
activos en la segunda entidad del país, el Banco Popular de Chipre.
Las autoridades de la isla negocian desde hace días una serie de
medidas con las que satisfacer a la 'troika' --Comisión Europea, Banco
Central Europeo y Fondo Monetario Internacional-- y obtener una ayuda
económica que le salve de la quiebra.
Nicosia planteó la
creación del fondo de solidaridad como herramienta para recaudar,
mediante la emisión de bonos de emergencia, la parte del rescate que le
corresponde pagar a Chipre. La Comisión Europea examina los detalles de
este fondo "para ver hasta qué punto es una alternativa viable", según
el portavoz de Asuntos Económicos, Simon O'Connor.
El Ejecutivo
comunitario sí había exigido la aprobación de las regulaciones sobre el
capital. El vicepresidente de Asuntos Económicos de la Comisión
Europea, Olli Rehn, subrayó este viernes la importancia de una ley para
controlar la actividad bancaria, con el objetivo de "evitar todo
movimiento de capital que debilite la estabilidad financiera de Chipre"
una vez que reabran los bancos a partir del próximo martes.
Los
ministros de Economía de la eurozona celebrarán el domingo una reunión
extraordinaria para determinar si el 'plan B' aprobado por el Parlamento
chipriota durante el fin de semana cumple las condiciones exigidas para
desbloquear la ayuda. La reunión tendrá lugar un día antes de que venza
el plazo que ha dado el Banco Central Europeo (BCE) para cortar la
liquidez a los bancos chipriotas.
En primer lugar, la UE quiere
limitar la ayuda a la isla a 10.000 millones de euros --frente a los
17.000 millones de euros que pedía el Gobierno de Nicosia--. El resto
del dinero deberán aportarlo los propios chipriotas. La segunda
condición es que la deuda de Chipre no deberá superar el 100% del PIB en
2020, el umbral que el Eurogrupo considera sostenible.
El
presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha dicho que no hay
muchas alternativas a la tasa a los depositantes y ha pedido que se
excluya a las cuentas de menos de 100.000 euros, cantidad garantizada
por las normas de la UE.