LONDRES/BERLÍN.- La economía española, lejos de recuperarse de
la recesión que provocó en 2012 una contracción del producto interior
bruto (PIB) del 1,4%, sufrirá este año una caída de la actividad
económica del 1,9%, que se extenderá incluso a 2014, cuando el retroceso
será del 0,2%, según las últimas proyecciones del banco británico HSBC.
De este modo, España será junto a Chipre el único país de la zona
euro que aún continuará en recesión el año que viene, puesto que las
previsiones de la entidad para el pequeño país mediterráneo auguran una
contracción del 3,5% este año y del 1,3% en 2014.
"Las duras medidas de austeridad se han cobrado su peaje tanto
sobre la demanda como sobre el gasto público y la economía española se
encuentra actualmente alrededor de un 7% por debajo de sus máximos de
comienzos de 2008", apuntan los analistas de HSBC.
"El Gobierno asume que el ritmo de contracción se relajará en 2013
y se dará la vuelta en 2014, pero nosotros somos más pesimistas en
nuestras expectativas", admiten, ya que los pronósticos oficiales del
Ejecutivo prevén una caída del 0,5% del PIB español en 2013, pero una
expansión del 1,2% el próximo año, aunque el Gobierno ya ha adelantado
que revisará este cuadro macroeconómico.
A este respecto, el presidente, Mariano Rajoy, aseguraba este
miércoles que 2013 será un año "duro", mientras mostró su convencimiento
de que en 2014 España "crecerá con claridad" y se empezará a "crear
empleo".
Entre el resto de elementos analizados por HSBC, la deuda pública
española proseguirá su escalada de los últimos años y, tras cerrar 2012
en el 88,5% del PIB, subirá al 94% este año y llegará al 99,5% el
próximo, superando así en 2013 y 2014 la media de la eurozona.
Asimismo, la entidad británica prevé que España reducirá su
déficit al 5,5% del PIB en 2013 y hasta el 4,5% en 2014. "Esperamos que
la reducción del déficit en 2013 será difícil dada la dependencia de
medidas de recortes del gasto", apuntan los analistas de HSBC.
Por otro lado, el banco subraya en sus estimaciones que el
desempleo, en contra del pronóstico gubernamental, que apunta a una
cierta mejora en 2014, alcanzará el 27,2% este año y seguirá al alza en
2014, cuando escalaría al 27,4%.
El BCE pide a Chipre reformas estructurales
El Banco Central Europeo ha estimado este domingo que la solución aplicada en Chipre para reducir el tamaño de los bancos es válida a pesar de las dificultades que ha atravesado el plan para rescatar la isla, que se encuentra "estabilizada", según el presidente del Banco Central de Alemania y miembro ejecutivo del BCE, Jens Weidmann.
En declaraciones a la cadena de radio Deutschlandfunk, Weidmann no descartó que Chipre necesite una inyección adicional de liquidez, pero subrayó que lo que de verdad necesita la isla no es dinero en efectivo, sino reformas estructurales a largo plazo.
"Es importante aprender de Chipre la lección de que los bancos pueden reestructurarse a pesar de las dificultades con las que nos hemos encontrado a la hora de trazar el programa. Es una señal positiva, que debería contribuir a limitar la incertidumbre existente", declaró.
La clave, según entiende Weidmann, es que "no siempre se pueden rescatar los bancos que se han encontrado con dificultades en lo que se refiere al dinero de los contribuyentes". En realidad, según el presidente del Banco Central de Alemania, "se trata de reducir el tamaño de los bancos de forma que el sistema financiero no corra peligro".
Wiedmann insistió en que el rescate de Chipre no supone en modo alguno una plantilla para el resto de la eurozona, e indicó que la respuesta se ha iniciado debido al gran tamaño de su sector financiero. No obstante, ha recalcado que es crucial que los responsables del estado actual de los bancos carguen con parte de la culpa.
"No es que carezcamos de liquidez en la eurozona, o que los bancos centrales no se hayan activado. Los problemas se refieren, en realidad, a una falta de competitividad en ciertos países y a algunas dudas sobre la sostenibilidad financiera. Hay que arreglar esto, y solo lo pueden hacer los gobiernos", estimó.
"La gestión de la crisis", añadió, "no es cuestión de meses".
"Me parece que es algo en lo que habrá de trabajar durante años, porque la recuperación de la competitividad y la consolidación de los presupuestos estatales suponen enormes y amplios desafíos que tardarán mucho tiempo en cumplirse".
Por último, Weidmann señaló otras dos preocupaciones: que el deseo de reformas en estructurales en Europa se está desvaneciendo, con el problema que ello supone; y que en el caso particular de la crisis política abierta en Italia, el país trasalpino --a pesar de funcionar, según sus palabras, en piloto automático-- se enfrenta a un problema de falta de Gobierno que podría activar cierta incertidumbre sobre su capacidad para atajar sus problemas económicos.
El BCE pide a Chipre reformas estructurales
El Banco Central Europeo ha estimado este domingo que la solución aplicada en Chipre para reducir el tamaño de los bancos es válida a pesar de las dificultades que ha atravesado el plan para rescatar la isla, que se encuentra "estabilizada", según el presidente del Banco Central de Alemania y miembro ejecutivo del BCE, Jens Weidmann.
En declaraciones a la cadena de radio Deutschlandfunk, Weidmann no descartó que Chipre necesite una inyección adicional de liquidez, pero subrayó que lo que de verdad necesita la isla no es dinero en efectivo, sino reformas estructurales a largo plazo.
"Es importante aprender de Chipre la lección de que los bancos pueden reestructurarse a pesar de las dificultades con las que nos hemos encontrado a la hora de trazar el programa. Es una señal positiva, que debería contribuir a limitar la incertidumbre existente", declaró.
La clave, según entiende Weidmann, es que "no siempre se pueden rescatar los bancos que se han encontrado con dificultades en lo que se refiere al dinero de los contribuyentes". En realidad, según el presidente del Banco Central de Alemania, "se trata de reducir el tamaño de los bancos de forma que el sistema financiero no corra peligro".
Wiedmann insistió en que el rescate de Chipre no supone en modo alguno una plantilla para el resto de la eurozona, e indicó que la respuesta se ha iniciado debido al gran tamaño de su sector financiero. No obstante, ha recalcado que es crucial que los responsables del estado actual de los bancos carguen con parte de la culpa.
"No es que carezcamos de liquidez en la eurozona, o que los bancos centrales no se hayan activado. Los problemas se refieren, en realidad, a una falta de competitividad en ciertos países y a algunas dudas sobre la sostenibilidad financiera. Hay que arreglar esto, y solo lo pueden hacer los gobiernos", estimó.
"La gestión de la crisis", añadió, "no es cuestión de meses".
"Me parece que es algo en lo que habrá de trabajar durante años, porque la recuperación de la competitividad y la consolidación de los presupuestos estatales suponen enormes y amplios desafíos que tardarán mucho tiempo en cumplirse".
Por último, Weidmann señaló otras dos preocupaciones: que el deseo de reformas en estructurales en Europa se está desvaneciendo, con el problema que ello supone; y que en el caso particular de la crisis política abierta en Italia, el país trasalpino --a pesar de funcionar, según sus palabras, en piloto automático-- se enfrenta a un problema de falta de Gobierno que podría activar cierta incertidumbre sobre su capacidad para atajar sus problemas económicos.