LISBOA.- Decenas de miles de portugueses volvieron hoy a la
calle en diferentes puntos del país para mostrar su negativa frontal a
los ajustes aplicados a instancias de la troika y a los cortes del gasto
público que prepara el Gobierno para 2014.
Convocados por el principal sindicato luso, la Comisión General de
Trabajadores Portugueses (CGTP, de tendencia comunista), los
manifestantes censuraron al Ejecutivo conservador liderado por el primer
ministro Pedro Passos Coelho y anunciaron nuevas protestas para
"derribarlo".
Uno de los objetivos de sus críticas fue el proyecto de Presupuestos
para 2014 elaborado por el Gobierno, y que recoge una rebaja salarial
para el 90 % de los funcionarios, cortes en las pensiones de los
trabajadores públicos y el aumento de los impuestos en productos como el
alcohol, el tabaco o los vehículos diesel.
La manifestación llegó con polémica, ya que la idea original de los
organizadores era recorrer a pie en Lisboa el famoso Puente 25 de abril,
inaugurado en los años 60 en época del dictador António Oliveira
Salazar y que cambió de nombre con la llegada de la democracia.
Las autoridades lusas no concedieron el permiso, aunque permitieron
una "marcha lenta" de más de 400 autobuses que transportaban a los
sindicalistas procedentes de la zona sur de Lisboa, conocida
popularmente como el "cinturón rojo" de la capital debido a la fuerte
presencia de socialistas y comunistas.
Los autocares recorrieron durante más de una hora los poco más de dos
kilómetros que separan una punta y otra del puente, y fueron recibidos
con vítores por los manifestantes ya congregados en la ciudad.
Una vez allí, las consignas más repetidas fueron dirigidas al
gobierno conservador y la troika (Comisión Europea, Banco Central
Europeo y Fondo Monetario Internacional), a los que criticaron que
obliguen a Portugal a mantener la austeridad a pesar de que el país
acumula tres años de recesión y que el desempleo se ha disparado hasta
niveles récord (16 %).
Similares imágenes se registraron en Oporto, donde los manifestantes
llenaron el Puente del Infante y exhibieron su oposición a las políticas
de recortes llenando una de las más emblemáticas arterias de la ciudad,
la Avenida de los Aliados.
Fuentes de la CGTP -con más de medio millón de afiliados, según sus
propios datos- calcularon en torno a 50.000 personas el número de
asistentes a esta protesta en Oporto, convirtiéndose así en una de las
más multitudinarias de los últimos años.
El secretario general de la CGTP, Arménio Carlos, aprovechó la
ocasión para lanzar un mensaje al presidente portugués, Aníbal Cavaco
Silva, al que exhortó a enviar los Presupuestos para 2014 -una vez sean
aprobados en el Parlamento- al Tribunal Constitucional para su
fiscalización.
El Constitucional ya ha anulado durante los últimos meses varias de
las medidas de austeridad aprobadas por el gobierno, algunos de cuyos
miembros han acusado al Tribunal de tener intereses partidistas y de
cuestionar su credibilidad externa.
Desde el principal partido de la oposición, el Socialista, su líder,
António José Seguro, consideró las manifestaciones de hoy como "una
señal clara de que los portugueses no se quedan de brazos cruzados"
frente a los problemas del país.
Por su parte, tanto el marxista Bloque de Izquierda como el Partido
Comunista Portugués consideraron que el Ejecutivo intentó limitar los
efectos de la protesta al prohibir el recorrido a pie por el Puente 25
de abril y lamentaron su actitud.